•Dag: 2•

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Al amanecer, por primera vez, Jake se levantó primero, estar en una casa ajena no era lo suyo, así que se preparó para la escuela hasta escuchar como la puerta de la habitación fue tocada, dejando pasar a quién sea que llamó.

—Joven Jake, que bueno que ya está listo. La señora y el joven Mulliner lo están esperando en el comedor para el desayuno— Comentó Mely con una sonrisa

—¿Tan pronto? Creí que me había levantando primero— Mencionó casi en un susurro

—Oh, y así fue, pero creo que se quedó dormido por unos minutos, así que el joven Frank decidió no molestarlo— Respondio la mujer

—¿Frank vino a verme?— Rápidamente Jake sintió un calor subirse a sus mejillas, su compañero de clases lo había visto dormir y Jake sabía por la manera en que dormía que no daba un aspecto nada adorable según él

Mely asintió soltando una leve risa. —Pero no se preocupe, el joven Frank no le dirá nada, él es muy respetuoso con los demás.

Jake bajo un poco la mirada, para luego mirarse unos segundos en el espejo de la habitación, sus mejillas estaban algo rojas, quería creer que era por el calor del clima. Le sonrió a Mely para después tomar su mochila ya lista y acompañarla al comedor.

Al llegar pudo encontrarse con un rostro que no era del todo familiar. Así que para aliviar su incomodidad saludo a Frank y a Sarah con un pequeño “hola”.

—Jake, ven aquí— Llamó Frank señalando un asiento a lado suyo

Bressler lo miro mientras dejaba su mochila en una esquina, junto a la mochila de Frank. Se sentó en donde su compañero le indicó, pero no podía dejar de sentirse incómodo aún más cuando recibió una mirada de parte de la otra persona. Deduciendo que se trataba del padre de Frank.

—Jake, él es Rafael, mi esposo y padre de Frank— Presentó Sarah tratando de relajar el ambiente

—Un gusto, señor— Respondio de manera cortes el menor

—Así que estás aquí porque tu madre tuvo que irse de viaje— Habló el señor Mulliner con una mirada egocéntrica

—Así es, señor. Este viaje ayudaría a mi madre a tener una mejor oportunidad en su trabajo, algo que sería de beneficio para nosotros— Contestó Jake temblando un poco

—Entiendo... Lo que no logró comprender es...  Por que decidió dejarte con alguien como nosotros.

—¡Padre!— Reprendió un molesto Frank. —No trates a Jake de esa manera, el que no tenga la misma condición social que nosotros no lo hace diferente. Al igual que yo, solo somos unos preadolescentes ordinarios.

Estaba de más decir que gracias a ello. El ambiente se volvió tenso. Todos en esa casa sabían perfectamente la relación que tenían Frank y su padre, una en donde su rivalidad les hacían parecer más como enemigos que como padre e hijo.

—Niños, terminen de desayunar. Alán tiene que dejarlos en la escuela— Interrumpió Sarah con cierto nervios en su voz y en un susurro se disculpó con Jake por lo que acababa de presenciar

Durante el desayuno, Jake se sentía intimidado, el señor Mulliner lo analizaba con la mirada, como si fuera un bicho raro que no debía estar con ellos. Y realmente él no lo quería, pero la razón por lo que debía estar ahí, era el único motivo que le daba para ignorarlo.

Terminaron de desayunar y Frank llevó a Jake hacia el baño en donde se turnaron para lavarse los dientes. Ambos chicos se despidieron de Sarah y subieron al auto en donde Alán los estaba esperando con sus mochilas dentro. Como siempre, Jake entró primero después Frank.

7 Días contigo | FrankeWhere stories live. Discover now