Day 1: Marriage

1.1K 89 86
                                    

Kohaku apretó los labios, indecisa... ¿Era una buena idea?

Oh, ¡al diablo todo! Ni que fuera la gran cosa. Es cierto que era la primera vez que lo hacía, pero a lo mejor estaba exagerando las cosas. Observó el reloj, tenía dos horas... tiempo suficiente.

Suspiró decidida y un poco emocionada, llena de expectación hacia lo que tenía entre manos.

Suspiró decidida y un poco emocionada, llena de expectación hacia lo que tenía entre manos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Senku observó su reloj de muñeca. Regresaba una hora y media más temprano de lo que solía llegar. Era una sensación extraña eso de estar casado.

Dio un vistazo a los mensajes de su padre y de Lillian, que todos los días le preguntaban cómo trataba a su esposa y si todo iba bien con su relación y su nuevo hogar. Senku negó con la cabeza con una sonrisa de lado, a pesar de que ya era un adulto con una vida hecha y que ni siquiera era su hijo de sangre, ellos no dejaban de preocuparse por él.

Sin más, entró finalmente a su hogar, cambiando su calzado y dejando sus cosas en la entrada. Se quitó la molesta corbata y su bata de laboratorio, estiró sus brazos y suspiró.

Sí, aunque llevaba un mes casado, no terminaba de acostumbrarse y le transmitía una extraña sensación, pero no en el mal sentido. Simplemente nunca creyó que terminaría de ese modo, nunca le interesó el amor ni un milímetro y no tenía interés en atarse a nadie en lo absoluto.

Oh, pero la vida lo odiaba, sin duda, y su estúpido corazón también, porque permitió que una feroz leona lo obtuviera entre sus garras.

Y hablando de ella, era tiempo de que buscara a la traviesa Kohaku Ishigami, quien al parecer no lo oyó llegar. Sonrió misteriosamente, pues varias ideas pasaron por su mente mientras comenzaba a caminar dentro de la casa, cada una más perversa que la anterior, así que se aseguró de ser silencioso para poder sorprenderla.

Por supuesto, no esperaba que el sorprendido fuese él.

Observó a su esposa desde la puerta, de pies a cabeza, poniendo especial atención a sus manos, que se movían con agilidad, precisión y entusiasmo, justo como él también lo hacía cuando se dedicaba a lo mismo que ella. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, mientras su rostro reflejaba absoluta concentración. Una gota de sudor bajando por su nuca fue suficiente para hacerlo apretar los labios.

Probablemente sólo se lo había dicho una vez, pero la amaba como nunca creyó que fuera siquiera posible. Nunca negó el atractivo de aquella sensual leona, pero sí sus sentimientos hacia ella por mucho tiempo. A veces era incapaz de entender a su yo del pasado y cómo fue capaz de resistirse por tanto tiempo a lo que Kohaku le provocaba, porque en aquellos momentos sin duda quería hacerle el amor.

—Vaya, vaya, leona —pronunció lentamente, con voz ronca y provocativa.

Kohaku detuvo su accionar de inmediato, volteando avergonzada y sorprendida hacia dónde estaba su marido, quien esbozaba una sonrisa burlona y sensual.

SenHaku Week 2021Where stories live. Discover now