Me recosté sobre el pasto verde, admirando las nubes moverse lentamente y tomar formas que mi mente creaba para llenar el vacío; cuando el sol se alzaba y más brillaba, cuando era mediodía y más te recordaba, en ese momento deje de encontrar forma en las nubes.

El viento de primavera traía consigo tu dulce aroma, ese que llegó a pertenecerme; y si la brisa del lago y el olor a tierra húmeda lo opacaban tu voz se escuchaba, un leve murmullo de lo que antes fue, un simple te amo que no contesté.

Lo siento, en verdad lo lamento. Debí expresarme ante el cruel silencio, aquel duro momento donde mis ojos buscabas y tu mirada evitaba; tú me esperabas, en verdad me amabas mas no lo valoraba, ahora veo mi error, ese que cometí por un inútil temor.

Mil veces me maldigo, me empeñe en perderte y ahora ya no puedo tenerte.

Historias De Un Corazón FallidoKde žijí příběhy. Začni objevovat