6. Relojes

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Había conseguido exitosamente darle una clase completa a Yoongi sin ningún obstáculo, era un joven atento y dócil cuando tenía ganas de aprender, porque cuando se trataba de cualquier otra cosa, sabía que podía ser un tormento.

—. Siempre hemos soñado en inscribir a nuestro Yoongi en el conservatorio...—mencionó la señora Min recargándose en el marco de la entrada al salón donde estaba el piano—. Es su sueño dorado.

—le sonreí a la señora levantándome del banco del piano—. Es muy talentoso, estoy segura de que lo aceptarán.

Y cuando decía que estaba segura, era un hecho que estaba segura. Yoongi sería recibido en el conservatorio como si fuese el mismo Beethoven quien estuviera aplicando. Ella sonrió satisfecha por mi comentario y me dio otra taza de té.

Casi escupo el té cuando me di cuenta que había retrocedido en el tiempo mucho más de lo que pensé, y no tenía donde quedarme, ni un plan B por si todo salía mal, que había salido todo mal; además no sabía cómo volver a mi realidad.

Tenía que buscar a Bo Won.

—. Tengo que irme, señora Min. Ha sido un placer.—dije levantándome con prisa y colocando la taza de té sobre una pequeña mesa en una esquina de la habitación. Tomé la cazadora negra de Yoongi que estaba sobre uno de los sofás de la sala de estar y mi teléfono.

—. ¿Cual es la prisa, querida? ¿Sucede algo?—preguntó preocupada ante mi repentina prisa por irme.

—. Bueno...sobre eso...—me rendí, no quería aprovecharme de la hospitalidad y la amabilidad de mi propia suegra, pero no sería la primera vez que me quedaría a dormir en su casa, así que sin vergüenza alguna lo dije—. Sí soy nueva en la ciudad...—mentí—. No he conseguido un lugar donde quedarme todavía.

Pude ver en su mirada un poco de duda, estaba pensando seriamente lo que me iba a ofrecer. Pero en cuanto el joven Yoongi se dio la vuelta para observar a su madre, la mujer me miró con una sonrisa y se acercó a mi tomando mis hombros con cariño.

—. Oh, no te preocupes por eso.—dijo tomando mis cosas y dejándolas sobre el sofá de nuevo—. Puedes quedarte aquí.

—. ¿De verdad?—fingí sorpresa y le sonreí en grande.—. ¿Lo dice en serio?

—. Puede tomarlo a cambio de las clases de piano.—explicó amablemente—. Hay una habitación extra para huéspedes y puede usarla con comodidad.

Ya lo veía venir, no todo en esta vida es gratis y aprovecharme de mi suegra tenía un precio. No podía ganar dinero de las clases de Yoongi, pero al menos tenía donde quedarme hasta que resolviera el problema del viaje en el tiempo con Bo Won y que me regresara a mi época.

—. Gracias, señora Min. No se como más decirle que aprecio mucho que haga esto por mi.—respondí mirándole con la sonrisa más grande que pude hacer y después volví a tomar mis cosas—. De igual forma, tengo que irme por un momento. Hay alguien a quien debo buscar.

Volví a agradecerle a la señora y salí de la casa despidiéndome cortamente. Después de chocar la máquina del tiempo, había podido ubicar la avenida y por consecuente sabía donde estaba la casa de Bo Won, así que si no había cambiado su residencia, esperaba que siguiera ahí.

Caminé hasta dar con la calle y encontré la casa. Fue difícil distinguirla puesto que el árbol de la acera donde solía encontrarlo no era exactamente igual que como yo lo conocía, era menos frondoso y un poco más pequeño. Había crecido mucho para ser tan diferente en mi época.

Entonces, toqué la puerta fuertemente mientras gritaba su nombre para que saliera.

—. ¡Nam Bo Won! ¡Nam Bo Won, ábreme! ¡Bo Won, ábreme la puerta! ¡Necesito hablar contigo!—grité casi aporreando la puerta y lanzándome contra ella en busca de que me diera un minuto de su tiempo.

Desiderata; M.ygWhere stories live. Discover now