Capítulo 5

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—Hablas muy seguro

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—Hablas muy seguro.

—Estoy más que seguro.

Enarqué las cejas y suspiré.

—Habla por ti, no por mí.

—¿Vas a negarlo? —se acercó con el bebé hacia mí—. ¿Vas a negar que no me amas?

Negué con la cabeza.

No podía negarlo porque era cierto... lo amaba, pero al igual amaba a Mark.

Tumbé de un golpe el trapo que tenía Roxan. La mirada de todos se fijó en mí.

Estaban asustados, y entendía perfectamente la razón; tenía mis alas abiertas de par en par frente a ellos.
Todo a mi alrededor estaba destruido. Mis alas eran tan fuertes que habían destrozado el mesón de la cocina, la nevera estaba en el suelo con todos los alimentos por fuera, la alacena estaba abierta de par en par y todos los platos y vasos estaban sobre el suelo quebrados, no había quedado ni uno solo bueno para utilizar.

Santin salió de la habitación con el pequeño Sarcks en sus brazos, me preocupé en cuestión de segundos y me fui detrás de ellos.

Santin se giró, me miró y me hizo una seña con la mano para que no avanzara más.

—Primero te vas a calmar y luego dejaré que te acerques al pequeño.

—Pero, ¿de qué hablas? —lo miré anonadada—. Estoy perfectamente; solo son mis alas.

Negó con la cabeza.

Enarqué las cejas. ¿Cómo qué no? ¡¿Cómo qué no?!

Metatrón se paró entre Santin y yo, colocó un espejo frente a mi rostro... lo pude ver.

Mi rostro estaba completamente destrozado. En definitiva, ese no era el mío.

Mis ojos estaban bañados en sangre, tenía las venas brotadas por todo mi rostro, bajaban por mi cuello hasta llegar a mis manos y terminar en las yemas de mis dedos.
Parecía la imagen sacada de alguna película de terror, con algún monstruo que solo se aparece en las noches.

¿Por qué estaba así? Nunca antes me había viso así.

Sentí miedo de mi misma.

–Eso es lo que pasa por estar negando tus emociones. —los ojos se Santin se llenaron de lágrimas.

—No estoy negando mis emociones... —musité.

—Sí que lo haces —Metatrón colocó sus manos sobre mis hombros y me pidió que contara con él hasta diez-
—. Tu cuerpo está sacando las emociones por si solas. Tu cuerpo se está ahogando en sus propios sentimientos, es demasiada carga para ti —se encogió de hombros—. No eres un ser cualquiera, Yulian. Eres mitad ángel, ya te hemos explicado cómo funciona nuestro cuerpo; todo se potencia al doble.

Liberada [Libro 2 Amarrada]Where stories live. Discover now