𝐀𝐌𝐈𝐓𝐈𝐄́ °•ᴷᵒᵒᵏᴹᶤᶰ•°

➤ 𝐀𝐌𝐈𝐓𝐈𝐄́ •

La amistad que JungKook y JiMin tenían desde el penúltimo año de la universidad y que por cuatro años conservaban, era la mejor.
Pasara lo que pasara con ellos, su amistad no iba a dejar de ser especial.
O al menos... no esa vez...

El ambiente ya era otro desde que aquel dúo de amigos se adentraron lentamente a aquella casa...
Sus respiraciones ya estaban agitadas. Sus pechos bajaban pesadamente mientras se comían con la mirada.
El alcohol les estaba pasando factura.
JiMin, para empezar, tenía la mente y visión en otra cosa...
JungKook, por consiguiente, era el más afectado, puesto que desde que JiMin y él salieron de aquella discoteca no apartó para nada sus ojos del pelirrubio.
La manera en que JiMin bailó contra él.... contra su miembro, la mantenía bien plasmada en su mente.
Sería difícil contenerse. Sí... y era lo que le molestaba.

—JungKook. ¿Por qué me has traído a mi casa? ¿Ya te resultó aburrido estar en el bar? —preguntó un JiMin tambaleándose y apartando lo que estuviera alrededor de sus pies. JungKook al ver la condición de su amigo se echó a reír y es que aparte de estar ebrio, sus ojos se achicaban.

—Sí. Muy aburrido —espetó Jeon sin quitar sus ojos de una botella de vino que cargaba en las manos y que antes le había arrebatado a una joven que entraba al bar. De sólo recordarlo una sonrisa esbozó de sus labios.
Pero su semblante cambió en cuanto vio a JiMin indeciso de sobre sentarse en el sillón o no—. Siéntate Park —sugirió mirando de reojo a JiMin, quien ya se encontraba mirándolo.

—No, no. Así estoy bien-

—Te arrepentirás si no lo haces.

JiMin se confundió un poco ante lo dicho por el contrario; sin embargo, hizo caso omiso. Bebió un sorbo del líquido que contenía la pequeña lata que cargaba entre sus manos y luego se quedó en silencio por unos segundos

—Cierto. Jeon, antes de salir del bar mencionaste que quieres hacer algo conmigo esta noche. ¿De qué se trata?

Los ojos oscuros de Jeon se posaron sobre los labios abultados de su mejor amigo. Se acercó a él lentamente y por supuesto, JiMin sintió llamas avivarse en su interior. Su cuerpo ardía en la ebriedad y como si fuera poco, en la necesidad de querer al menor en su interior.
JiMin retrocedió paso a paso. Y es que la presencia de JungKook ejerciendo una gran tensión en dicha sala era para derretir a más de uno. Para derretirlo a él... Para alborotar sus hormonas.

JiMin sintió que el aire se le iba. Las ganas de besarlo y de introducir su lengua en la cavidad bucal ajena eran cada vez mayores.

—Sexo. Mejor amigo —contestó Jeon. Su mirada penetrante erizaba la piel de Park, quien un poco confuso, chocó contra el sillón detrás de él, cayendo rotundamente sobre este. Pero inmediatamente y con una sonrisa en los labios se levantó quedando a tan sólo centímetros de su amigo.