➤ 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝟐

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—Bienvenido a mi otra bella morada —espetó JungKook abriendo la puerta de una sala de prácticas, por consiguiente cerrandola con seguro

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—Bienvenido a mi otra bella morada —espetó JungKook abriendo la puerta de una sala de prácticas, por consiguiente cerrandola con seguro.

—JungKook.

—¿Sí? —JiMin le fulminó con la mirada: una seria e imponente. También levantó la ceja derecha. Jeon sonrió—. Nadie nos molestará por al menos dos horas.

—¿Planeaste todo esto? —preguntó dejando su saco en una de las mesas de plástico que había cerca.

Jeon realizó movimientos de estiramiento aparentando estar calentando para empezar a practicar una coreografía.

—Tanto como planear, no. Pero digamos que... —Le lanzó una mirada pícara mientras se recostaba en una silla—, dije unas cosas aquí, pedí permisos allá. Tú mismo lo has dicho, primor: soy el consentido de Jin hyung... —Sus palabras quedaron en el aire.

—Calla. Déjame ver si entendí —dijo cruzándose de brazos y acercándose a JungKook, obligandolo a dar un paso atrás de forma inconsciente—. Vamos a hacerlo aquí.

—Y con espejos, JiMin hermoso —respondió con una mínima sonrisa. Acto reflejo, posó sus manos sobre los hombros impropios guiando a Park a sentarse en la silla—. Y te tengo más sorpresas. —Se alejó unos instantes a donde se encontraba la consola musical y empezó a buscar entre su lista una canción en especial.

—Motel Pool —entonó llamando la atención de Park.

La melodía se esparció lentamente por los oídos de ambos enamorados. Poniendo ambiente. Colándose en su mente.

JungKook apagó las luces principales de la sala y sólo dejó los dos focos del fondo encendidos. Era tenue.
Y exactamente eso le daba un toque erótico al asunto.

Al mismo tiempo que la música sonaba, el cuerpo del pelinegro. Jeon. Se mecía de un lado a otro ejecutando movimientos precisos. Pulcros. Sensuales.

Park se acomodó en la silla con la intención de disfrutar de aquello que tenía en frente. De aquello que ciertamente le empezaba a encantar.

—Ya sé por donde va esto —confirmó mordiéndose el labio inferior.

—Entonces deléitate. Disfrútalo, amor —replicó Kook acercándose hasta el rostro de su novio. Su cuerpo se movía al son de la música. Como si le hiciera un striptease.

JiMin se sintió acalorado, sobretodo cuando JungKook se desabrochó botón por botón la camisa blanca que llevaba, y lo incitó a colocar sus manos en sus abdominales.

—¿Sólo tengo permitido tocar? —preguntó con la mirada perdida en el marcado abdomen de su novio. El encanto que el cuerpo de Jeon tenía sobre él era incesante.

—Los puedes lamer si quieres.

Como era de esperarse, JiMin palpó con su lengua el abdomen de su enamorado.
Pasó. Repasó. Y delineó su abdomen con su lengua.
Aquello hizo que las hormonas de Jeon estallaran como globos llenos de helio. Y que los residuos se esparcieran por su ser.

𝐀𝐌𝐈𝐓𝐈𝐄́ °•ᴷᵒᵒᵏᴹᶤᶰ•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora