| 𝐀𝐌𝐈𝐓𝐈𝐄́ | ❝ Park JiMin y Jeon JungKook nunca imaginaron que su relación de mejores amigos pudiera cambiar.
Ninguno de los dos esperaba quedar envuelto en el calor vivaz de una noche de copas y mucho menos entregarse el uno al otro en cuerpo...
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Fogosos.
Así eran los cortos besos que JungKook le propinaba al cuerpo de su enamorado. JiMin solamente se dedicaba, dignaba a arquear su espalda.
—Ey, mírame... —ordenó el pelinegro tomando el mentón ajeno. Obligandole así, a mirarlo tal como quería.
Por primera vez en toda la noche se miraban a los ojos por más de cinco segundos.
—Jeon, tú... ¿No deberíamos empezar? —preguntó JiMin con una pequeña y pícara sonrisa. Elevó un poco sus caderas intentando hacer fricción con la pelvis, o aún mejor, el miembro de su acompañante. Pero este se alejaba al percatarse de ello—. Kook... no me hagas esperar.
—¿Desesperado, amor? —preguntó Jeon con tono socarrón. Burlón—. Dime qué es lo que quieres, JiMin —susurró a escasos centímetros de los labios ajenos.
—Te quiero a ti, Jeon. A ti... Sólo a ti... —Park quien yacía ahora con sus ojos cerrados, jadeó. JungKook había formado ese roce por el cual sufría. Y ahora jadeaba complacido.
Lástima; duró poco.
—Jeon JungKook...
El mencionado rió por lo bajo y le dedicó a su novio un corto beso húmedo en el lóbulo de su oreja. JiMin una vez más, jadeó.
Y allí fue cuando JungKook supo que podía empezar a mover las piezas en el tablero. Quería jugar y el joven de cabellera rubia le había dado play.
—Ya, Park... —musitó bajando su mirada hasta la abertura del camisón que portaba JiMin y en donde se insinuaba su pecho—. Te gusta jugar ¿no es así? —Se levantó de la cama y apagó la luz de la habitación. Hasta ese momento todo estaba oscuro.
—Jung... —habló JiMin un poco conmocionado por la acción repentina.
—Shh... —chistó y acto seguido, entre tanta oscuridad consiguió tocar otro interruptor, permitiendo que la cabecera de la cama quedara inundada por unas luces neón rojas.
—¿Y estas... luces? —cuestionó Park asombrado.
—Lindas ¿no? —Jeon mostró una sonrisa. Misma que JiMin no tardó en devolver de forma traviesa—. Prometo que todo va a gustarte, cielo —aseguró Kook arrodillándose frente a JiMin, y agarrando sus muslos con fuerza. Los besos húmedos sobre estos no se hicieron esperar. JungKook los alternaba con algunos mordiscos ligeros.
Park ya había empezado a retorcerse sobre el colchón. Mientras Jeon hacía lo suyo, sin pensarlo mucho, JiMin se quitó aquella camiseta que para el momento en que estaban, ya le resultaba un estorbo. E impedimento.
—Me gusta la iniciativa —pronunció Kook poniéndose de pie. Y apreciando. Admirando la vista que tenía: la piel descubierta de su novio. Motivo suficiente para provocar que Jeon se estremeciera.
