Parte 6

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Ver su rostro irradiando paz hacía que fuera más difícil el tener que interrumpir su placentero descanso, pero no tenía otra opción.

-Horacio- Lo llamó suavemente, pero él ni siquiera se movió, tenía el sueño muy profundo. -Horacio despierta- Sacudió levemente su hombro.

El joven murmuró algo indescifrable y se movió entre sus sábanas.

-Un ratito más- Dijo dándole la espalda.

Volkov rodó los ojos, era difícil sacarlo de la cama por las mañanas.

Quedándose sin tiempo, sin ideas y sintiéndose nervioso, actuó bajo sus impulsos. Mordió la piel expuesta de su hombro, consiguiendo un quejido de Horacio y que se diera la vuelta para mirarlo.

-¿Qué te pasa?- El menor se sentó en la cama y se masajeó el hombro. -¿Por las mañanas te vuelves un perro o qué?- Pese a estar recién despierto, despeinado y con el rostro aún adormilado, al ruso le seguía pareciendo guapo.

-Lo siento- Viktor se rascó la nuca avergonzado. -Pero es una emergencia, sucedió algo- El rostro del menor pasó del enojo a la confusión. -Mis madres están aquí.

"¿Mis madres?, ¿Había escuchado bien?"

-¿Qué? ¿Aquí dentro?- Volkov asintió sin decir nada. -Estas de coña- Horacio se negaba a creerlo.

-Han venido de imprevisto, suelen hacerme visitas sorpresa- Le explicó el mayor.

-Y ¿Qué hago?- Horacio estaba perdido. -¿Tienes una puerta trasera o algo así?

-No- Ahora el ruso era quién lo miraba confundido.

-¿Una ventana desde la que pueda saltar?

-Sí claro, desde un séptimo piso me parece una buena idea- Viktor rodó los ojos y Horacio se sintió estúpido por haber olvidado que estaban en un edificio. -Escucha vas a tener que saludarlas, te presentaré y luego si quieres irte, no te detendré.

Horacio suspiró procesando la información.

"Que mal día para conocer a sus suegras" pensó cual broma cruel del destino.

-Está bien- Aceptó, tampoco tenía más opciones. 

Se acercó al borde de la cama dispuesto a levantarse cuando lo recordó. Estaba desnudo debajo de las sábanas.

El ruso iba de camino a la puerta cuando su llamado lo detuvo.

-Viktor- Horacio estaba repentinamente enrojecido. -¿Podrías prestarme ropa? No quiero que en lo primero que me vean sea una camiseta de red- Comentó avergonzado.

Las primeras impresiones eran las más importantes y esta sería su primera vez conociendo a las madres de su... ¿Qué era Viktor? ¿Su amante? Ese era un término demasiado intenso. ¿Su novio? No, técnicamente era novio de su medio hermano. ¿Su amigo? Si tenía en cuenta lo que había hecho por él la noche anterior, se podría decir que sí podía serlo.

-Claro- Volkov se acercó a su armario y abrió las puertas. Nada de lo que tenía era del estilo de Horacio. Él siempre era colorido, extravagante y alegre, mientras que su propio estilo era algo mucho más aburrido, aunque él prefería definirse como conservador.

Rebuscó y cuando consiguió una prenda que no era oscura se la dio.

-¿Necesitas algo más?

-No, gracias- Horacio se sentía como un estorbo por estar dependiendo tanto de él.

Sin más que hacer el mayor se acercó nuevamente a la puerta.

-Viktor- Estuvo a punto de salir, pero cuando oyó el llamado de Horacio se detuvo y se giró para verlo. -¿Podrías esperarme aquí?- No quería admitirlo, pero le avergonzaba salir solo.

The Lover - VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora