Parte 7

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Horacio estaba teniendo un día ajetreado. Esa mañana había tenido un altercado con Jack que había terminado en lo mismo de siempre: violencia.

Estresado y habiendo comenzado su día de la peor manera posible, asistió a sus clases en la universidad. No podía darse el lujo de ausentarse si quería mantener sus promedios altos.

No había visto a Viktor desde el domingo y pese a que habían hablado un poco por mensaje, eso no se comparaba con lo que era estar con él en persona.

Lo extrañaba. Luego de una ardua lucha contra su propia consciencia había logrado aceptarlo. Por supuesto, no estaba orgulloso de lo que sentía, pero al menos había comenzado a admitirlo.

Su día en la universidad tampoco estaba yendo muy bien, faltaba menos de un mes para finalizar el cuatrimestre y eso significaba una sola cosa: exámenes.

Como si fuera hecho con premeditada mala saña, todos los exámenes finales de todas las materias serían en la misma semana. El estrés se respiraba en los pasillos del establecimiento. Los alumnos estaban por comenzar sus ciclos de insomnio y cafeína para poder surcar las interminables y agotadoras madrugadas de estudio. A fin de cuentas, todo el tormento valdría la pena si lograban aprobar.

Luego de clases, Horacio no había querido regresar a su casa, no tenía ganas de ver a nadie, por lo que se refugió en la biblioteca. Allí pasó su tarde leyendo y preparando resúmenes hasta agotarse.

Cuando sintió que no podía más, huyó hacia el baño más cercano.

Horacio estaba encerrado en un cubículo casi al borde de las lágrimas. A cada minuto que pasaba sentía más y más presión. Su padre, su madre, sus estudios, todo lo que debía hacer en su casa. Era duro tener que lidiar con todo eso por su cuenta.

En un ataque de debilidad, sin tener las ideas claras, Horacio llamó a quien parecía ser la única persona que lo hacía sentir mejor: Viktor.

—-☆—-

Viktor estaba sentado frente a Gustabo. Se sorprendió cuando el rubio lo citó en una cafetería de la ciudad. No habían hablado hacía semanas, este era su primer encuentro desde su "pelea".

Gustabo lo miraba en un silencio que podría hasta ser incómodo.

-Voy a ir directamente al grano- El rubio jugaba con sus dedos sobre la mesa. -Quiero que terminemos- Lo dijo con un cinismo aterrador. Viktor lo miró perplejo. De todas las cosas que pensó podría decirle, no se esperaba esa. -Estos días alejados me demostraron dos cosas- Gustabo levantó uno de sus dedos. -La primera es que no te importo una mierda- Dijo sin pelos en la lengua.

-Gustabo tú si me...

-Déjame terminar de hablar- El rubio, molesto por su interrupción, prosiguió. -La segunda, es que tú a mí tampoco me importas tanto- Eso dejó a Viktor boquiabierto. -Creí que iba a ser mucho peor, que lloraría por las noches y te rogaría volver, pero no fue así- Gustabo lo miraba a los ojos. -No sentí ganas de volver a como estábamos- El rubio se removió en su asiento. -Por eso creo que separarnos definitivamente será lo mejor para nosotros.

-Gustabo- Viktor le habló con un tono serio y es que algo de lo que había dicho el menor le había molestado bastante. -Hay algo que necesito dejarte muy en claro- Viktor apoyó sus brazos sobre la mesa y gesticuló. -Tú si me importas y no sé qué te hace pensar lo contrario.

Gustabo chasqueó la lengua y rodó los ojos. No lo convencería tan fácilmente.

-Viktor te pido que seas sincero conmigo- El rubio se apoyó sobre la mesa y le hizo frente al mayor. -¿Acaso perdiste el sueño pensando en mí todas estas noches?- Sus iris azules lo examinaban. Parecía como si pudiese ver a través de su alma.

The Lover - VolkacioWhere stories live. Discover now