Parte 2 (+18)

3K 246 147
                                    

Viktor no había podido dejar de pensar en Horacio. Habían pasado cinco días desde lo sucedido debajo de las gradas y a cada minuto de cada hora el ruso tenía en su mente la imagen del menor: su rostro angelical, sus ojos bicolores viéndolo con inocencia, sus labios hinchados y sus gemidos suaves. Tuvo más de una erección después de eso y todas sus pajas se las dedicó a él.

Lo que habían hecho estaba mal y lo sabía, pero lo que era aún peor era que si tuviera la oportunidad no cambiaría nada de lo sucedido. Sin dudas, volvería a hacerlo.

En esos cinco días no había tenido contacto con Gustabo, porque estuvo demasiado ocupado pensando en su hermano menor. Sin embargo, tenía pendiente verlo y solucionar sus diferencias, pero había una última cosa debía hacer antes de eso.

Viktor no conseguía sacarse al menor de la cabeza y creía que solo había una manera de lograr olvidarlo.

Era un día lluvioso y el equipo de porristas tenía prácticas, por lo cual las realizaron en la cancha de básquetbol interna que tenía la universidad.

Volkov llevaba aproximadamente media hora viendo, o más bien espiando, cual acosador, a Horacio en la práctica. Lo había visto bailar, hacer piruetas y trucos difíciles sin gran esfuerzo. Era muy flexible y habilidoso, todo lo hacía naturalmente con una sonrisa de oreja a oreja, se notaba que realmente lo disfrutaba.

Para cuando la práctica acabó Viktor estaba parado junto a la puerta de salida que llevaba a los pasillos. Recibió algunas miradas curiosas de los compañeros de Horacio mientras salían, pero nadie se atrevió a cuestionarle nada. No le sorprendió que quien más demoró y fue el último en querer salir de allí, fue nada más y nada menos que Horacio.

El joven cargaba su bolso deportivo con una muda de ropa y lo vio confundido cuando lo encontró junto a la puerta.

-¿Por qué estás aquí?- Preguntó cruzándose de brazos, no parecía estar muy feliz de verlo. -Que yo sepa mi hermano no está interesado en unirse al equipo de porristas- Atacó irónico.

Volkov bufó y se armó de valor para lo que estaba por decir.

-Seré directo contigo- Quiso mirarlo a los ojos, estaba siéndole honesto. -No he podido dejar de pensar en ti- Confesó. -Quiero follar- Agregó y pudo ver a Horacio boquiabierto y confundido. Estupefacto, esa sería la palabra exacta para definir como lo había dejado.

-¿No se supone que tienes a mi hermano para es- El joven respondió a la defensiva, pero Viktor no lo dejó terminar.

-Tiene qu- Se apresuró a hablar, pero se detuvo y se mordió el labio inferior, estaba a punto de realizar su segunda confesión en cuestión de segundos. -Quisiera que sea contigo- Habló avergonzado y derrotado. Sintió su rostro en llamas, no podía creer que había sido capaz de exponerse de esa manera.

Horacio creyó que podría desmayarse en ese instante. Viktor Volkov, estudiante senior de Ingeniería Química, eximio jugador de fútbol americano, uno de los hombres más atractivos de la universidad, le había confesado que quería follar con él. Un dato no menor era que ese hombre también era el novio de su hermano mayor, pero qué daño le haría a Gustabo si él no se enteraba.

La realidad era que Horacio llevaba bastante tiempo flechado por el ruso, se atrevería a decir que desde la primera vez que lo vio. Mantuvo sus sentimientos ocultos durante mucho tiempo y buscó al ruso en varios hombres más, pero a fin de cuentas ninguno era él.

Cuando Gustabo le comentó agobiado los problemas que estaba teniendo con su novio en la cama, la ilusión que había creado Horacio en su cabeza se derrumbó. Era imposible que un hombre tan imponente fuera en realidad impotente. Desde que su hermano le contó eso su meta personal había sido demostrar lo contrario. Estaba seguro de que los problemas de Viktor no tenían que ver con él en sí, sino más bien con la persona con la cual intentaba acostarse. Así fue como debajo de las gradas confirmó sus sospechas.

The Lover - VolkacioWhere stories live. Discover now