「caffeine」 bokuaka

32. comunicación

EDIT: algo pasa con wattpad y me cambió el orden de los capítulos (al menos a mí se me ve así:c)

mientras lo arreglo, aviso que el orden de los capítulos es: "malentendido", "distancia y culpa", y "comunicación"

gracias por su atención ah

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—Llevas demasiado tiempo aquí dentro, ¿te encuentras bien? —la voz de Kuroo hizo eco contra los azulejos del baño. Kenma venía a su lado.

—No estoy bien, soy lo peor —lloriqueó Bokuto, sentado en el frío suelo junto a los lavabos—. El peor del mundo.

—¿Qué demonios? ¿De qué hablas? —preguntó preocupado y un tanto alterado el pelinegro. Tenía miedo de que algo malo le hubiera pasado.

—Kuroo, yo me encargo —el rubio tomó la mano de su novio, sintiendo que era el único capaz de razonar con Bokuto en ese momento.

—¿Por qué? —el más alto se sintió atacado al no ser tomado en cuenta para hablar con su mejor amigo.

—Tiene que ver con Akaashi, te lo puede explicar luego —el menor acarició la mano de Kuroo, esperando que entendiera—. Yo puedo hablar con él.

—Está bien, les doy diez minutos, si no han terminado, vendré a intervenir —advirtió—. Yo también estoy preocupado por él.

Un zumbido insistente le molestaba en los oídos, hacía que le doliera más la cabeza.

—¿Estás preocupado por mí? Apenas hablamos —dijo Bokuto desconcertado cuando quedó a solas con Kozume.

—Pero te considero un amigo, además, si... Akaashi te viera así estaría muy preocupado —respondió el rubio, sentándose a su lado—. Me contó un poco de lo que pasó.

—Estás en tu derecho de insultarme, o patearme, o lo que quieras —el de ojos amarillos no lo miró—. Lo arruiné todo.

—No vengo a eso, ¿quieres desahogarte o... algo? —preguntó torpemente el más bajo. No era bueno consolando a la gente.

—¿Qué puedo decirte? Lo traté como basura, pero la basura soy yo —Bokuto hizo una pequeña mueca para intentar aguantar el llanto—. Él siempre tuvo razón, y yo no quise escucharlo porque...

—¿Porque...? —el menor le indicó que podía continuar hablando con confianza.

—Porque me acostumbré a que me hagan cosas malas. Desconfié de él y pensé que podía hacer lo mismo —al fin encontró palabras para la razón de su rabia ese día—. Él se volvió muy importante para mí y pensar que él podía ser como el resto me destruía.

El zumbido que se había detenido volvía a sonar, torturando sus tímpanos.

—Sé que lo sabes, pero Akaashi no es así —Kenma sonrió, y puso una mano en la rodilla del mayor—. Él probablemente quiere que hablen —dijo eso que ya sabía con certeza.

—Le marqué cinco veces y no ha contestado, ¿crees que me odie?

—Akaashi no te odia —el rubio rio un poco—. Debe estar durmiendo. Tal vez deberías volver a casa y hacer lo mismo, ¿no crees?

—S-si le hablas dile que lo extraño, y que él también es mi favorito —sus ojos hinchados por el llanto parecían rogar.

—Le dejaré tu mensaje, ahora párate y veamos quien te puede llevar a casa —el menor se paró del suelo y le ofreció una mano a Bokuto.

Bzz, bzzzz.

Sus ojos se abrieron de golpe, aunque le pesaran los párpados, sacándolo de ese sueño extrañamente realista. Buscó la fuente del maldito zumbido, y descubrió que Konoha lo estaba llamando.