20. confianza

3.2K 502 451
                                    

Contra todo lo que esperaban, el semestre fue mucho más pesado para Akaashi y Bokuto, quienes se veían menos de lo que habían planeado en un principio. Se acercaban partidos muy importantes para Bokuto, y tenía que entrenar más que antes, y Akaashi estaba lleno de evaluaciones cada semana, además de sus turnos en el café.

Pese a la falta de tiempo, las sesiones de estudio de Bokuto al café y las quedadas en casa del mayor para hacer proyectos eran sagradas. Si no podían salir, al menos podían estar juntos de vez en cuando.

Bokuto se dirigía a su siguiente clase luego de almorzar, iba solo, pues Konoha tenía que hablar con un profesor y le dijo que tal vez llegaría tarde a la siguiente clase. El chico de ojos amarillos iba en su mundo, pensando en que esa tarde les tocaba terminar el proyecto de Fitología con Akaashi. Nunca pensó que disfrutaría tanto hacer trabajos de investigación tan seguido, pero trabajar con Akaashi no se sentía como trabajo pesado. Pasaban la tarde solos los dos, cenaban juntos y se divertían bastante, pero aún así terminaban sus proyectos en una tarde. A Bokuto le gustaba pensar que era cierto cuando dijo que serían el mejor equipo de la clase.

—¿Qué te trae por aquí, Koooutaro?

Le dio un escalofrío al ver a Matsuda apoyado en la pared, a la vuelta de la esquina que doblaba para ir a clases. ¿Cómo era que se lo topaba en lugares tan aleatorios?

—Voy a clases, adiós —Bokuto quiso pasar de largo al chico, pero no pudo avanzar. El pelinegro había tirado de su bolso.

—Aún quedan unos minutos, y otra vez estás solo —le dijo el de ojos púrpura.

"Le gusta cuando me enojo. Puedo hacer que se detenga si le hablo y guardo la calma", pensó Bokuto. Tomando en cuenta que quedaban menos de cinco minutos para que empezara su clase, no pensó que sería una mala idea. Sintió que escapar le sería más gratificante a Matsuda que a él. El menor suspiró y se apoyó en la pared junto a Haiji.

—¿Qué quieres ahora?

—Te has puesto más guapo —dijo el mayor, sonriendo hacia un lado—. Antes no eras tan lindo.

—¿Gracias? —contestó dudoso el chico de cabello gris, no muy seguro de lo que pasaba por la mente del contrario. "Aún no entiendo cuál es el punto de hablarme, ¿está coqueteando o algo así?", pensó.

—Tal vez te hizo bien volver a vivir pegado a Kuroo y tu otro amigo, ¿no?

—¿A qué te refieres con eso? —el chico de ojos amarillos lo miró confundido.

—No te veías nada bien cuando estabas triste y arrastrándote detrás de mí —respondió Matsuda, con un tono satíricamente triste—. Pero desde que ellos te volvieron a hablar, te ves mucho mejor.

—Te encanta hablar de eso —Bokuto rodó los ojos, sabiendo que él era la primera razón de que "antes no fuera tan lindo"—. Deberías dejarlo, pasó más de un año. No estoy solo, y ya no te necesito.

—Qué tierno, no suenas muy seguro cuando me dices eso —el pelinegro pasó sus dedos por el cabello de Bokuto—, Koutaro.

—No me toques —reclamó Bokuto, enojado.

—Lo siento, su alteza —se burló Haiji—. He esperado suficiente a que vuelvas a aparecer, ¿qué hizo que ya no me necesites?

—Descubrí que no es bueno ser novio ni amigo de un lunático como tú —espetó el de ojos amarillos, harto de hablar siempre sobre el mismo tema.

—Oh, cuánto duelen tus palabras —contestó sarcásticamente—. ¿No sería mejor que me ignoraras entonces?

—Ya me iba, de hecho. Me aburriste —respondió el menor, dándose media vuelta. Sentía que por fin estaba siendo más asertivo cuando se trataba de hablar con el pelinegro.

「caffeine」 bokuakaWhere stories live. Discover now