49. espera un poco más

416 45 18
                                    

Luego de ese pequeño viaje, Akaashi se sentía mucho mejor. Al fin se sentía un poco más normal, un poco más estable. Lo suficiente para no caer a pedazos, o al menos no tenía planes de hacerlo pronto. La idea de buscar ayuda profesional volvía a cruzar su cabeza, porque sabía que llorar por una hora y volver a casa no era algo que podía hacer cada vez que se sintiera así de ansioso. Buscaría algún terapeuta nuevo cuando tuviese un poco más de tiempo libre.

Ver a su novio más seguido definitivamente lo estaba ayudando, si tenía un mal turno o se afligía por alguna de sus calificaciones, Bokuto estaba allí, esta vez por más de diez minutos, para evitar que se quedara solo con sus pensamientos más pesimistas. Estaban teniendo pequeñas citas una o dos veces por semana, además de las visitas de Koutaro al Aoi Café. Akaashi sentía que su relación también volvía a la normalidad.

—Hoy veo mucho movimiento por aquí —comentó el peligris, una de esas tardes en que llevó su laptop y sus desorganizados apuntes a una mesa del café.

—Últimamente nos está yendo bien, hemos tenido varios clientes nuevos —contestó Akaashi, sirviéndole su tercera taza de té de menta.

—¿No te has enamorado de otro cliente nuevo? —alzó una ceja.

—Bo, no seas así —reclamó el menor—. Lo haces sonar muy mal.

—No respondiste a mi pregunta, lindo barista —siguió bromeando.

—Claro que no me he enamorado de nadie, amor —se cruzó de brazos, y en cosa de un segundo puso su voz de trabajador—. Disfrute su bebida, tenga un buen resto de su día.

—¿No me puedes dar un besito antes de...?

Akaashi le dio una mirada que ya conocía muy bien. Era su mirada de "no te puedo besar en el trabajo", que también se parecía mucho a su mirada de "deberías terminar de estudiar antes de que hagamos eso".

—Entiendo, seguiré estudiando —refunfuñó—. Aburrido.

El pelinegro miró alrededor, para asegurarse de que su compañera de turno no estuviese cerca.

—Te besaré mucho en el cine, ¿sí? Ya casi es hora de que acabe mi turno.

—Pero si queda media hora —reclamó.

—Un capuccino y una dona rellena para Yamato —escuchó a su compañera alzar la voz. Claramente le estaba prestando demasiada atención a su novio.

—Tengo que irme. Juro que pasará rápido —dijo el chico de ojos verdes antes de dar media vuelta y dirigirse a la cafetera.

Bokuto suspiró. Sabía que estaba entorpeciendo el trabajo de Keiji al conversar, pero haría todo lo posible por posponer un poco más sus responsabilidades. Si bien allí se podía concentrar mejor que cualquier otro lugar, ya no podía conectar con el contenido que estaba viendo en sus clases. No lograba encontrar ni un atisbo del interés que tenía por su carrera hace un año. No era mucho, pero alguna vez estuvo allí.

Bueno, para comenzar, había ignorado tantas clases al inicio del semestre que no estaba muy seguro de por dónde debía comenzar. Tenía tan solo unos apuntes incompletos de las primeras clases, y el resto era un enorme borrón en su mente. Además de su evidente desfase con el resto de sus pares, había olvidado por completo hacer unos cuantos informes y tareas, ¿valdría la pena hacerlas ahora para al menos quedarse con el aprendizaje? ¿O era mejor lidiar con el vacío mental después y ponerse al día? No sentía que ninguna de las dos opciones valiera la pena tomando en cuenta que lo que más deseaba era dejar sus estudios, o al menos pausarlos para tomarse un respiro.

Suspiró otra vez, un poco exasperado, y bebió un poco de su té, listo para comenzar a leer algo de lo que tenía frente a él. Sí, llevaba un buen rato, y tres tazas de té después, seguía sin haber hecho mucho más que ordenar una y otra vez sus apuntes. "Realmente soy malo para esto, ¿no es así?", pensó, "no aguanto seguir con esto. Quisiera poder irme de una vez, pero así no podría jugar con mis amigos del equipo. Vería mucho menos a Akaashi. Me perdería un montón de cosas".

「caffeine」 bokuakaWhere stories live. Discover now