28. demasiado

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Tener buenas calificaciones, tener vida social y un trabajo, comer y dormir bien. Todo eso era la imagen perfecta de la vida universitaria, pero Akaashi sabía que era inalcanzable, no podía hacer todo, mucho menos con la exigencia de ese semestre del demonio.

En solo 6 días había acumulado una cantidad de estrés que no había conocido nunca antes, y lo peor era que su calendario no hacía más que llenarse de actividades académicas. Pese al pequeño recordatorio que Bokuto dejó en su habitación, Akaashi sentía que no merecía descansar en esos momentos.

Sentía que su mente iba a mil por hora todo el día, como si tuviera mucho que decir, pero no encontraba las palabras para decirlo. La entropía de sus ya desordenados pensamientos estaba en su punto más alto. Trataba de estar calmado y sereno por fuera, pero sentía que en cualquier momento iba a estallar.

Durante su turno en el café, Shirofuku pudo notar que el menor estaba cansado y un poco más torpe de lo usual. Un poco asustada de que pudiera tener un accidente, le dijo a Akaashi que se fuera a casa a descansar. "Desearía poder hacerlo, pero aún tengo que hacer un trabajo completo hoy", pensó el pelinegro al irse, sin ánimos de abrir su boca para poder desahogarse.

─¿Qué haces trabajando aquí? ─el pelinegro escuchó la voz de Kenma a su lado, haciéndolo dar un saltito─, ¿no hay lugares más cómodos que el gimnasio?

Akaashi fue consciente otra vez del chirrido de los zapatos contra el suelo, el sonido de los balones siendo golpeados, y las voces de los integrantes del equipo de volleyball.

─Tengo que ir a casa de Bokuto a trabajar apenas salga de aquí, no quería perder tiempo en que me fuera a buscar a otro lugar ─respondió el pelinegro, retirando la vista un momento de la guía de estudio frente a él.

─Ya veo ─el rubio le regaló una sonrisa, y le dio un vistazo a la guía que estaba haciendo su amigo─. Rayos, aún no empiezo a hacer esa.

─No está muy complicada, sólo es larga ─Akaashi soltó una risita y se estiró─. ¿Viniste a ver a Kuroo-san?

─A esperarlo, mejor dicho ─contestó Kenma─. Tengo algo que hacer con él luego.

El chico de ojos verdes sintió un poco de envidia en ese momento. Kenma tenía notas similares a las suyas, pero nunca parecía preocuparse, incluso tenía tiempo para jugar videojuegos cuando quisiera y para pasar con su novio. Akaashi quería saber cuál era su truco, ¿acaso sus días tenían más horas?

Luego de unos 40 minutos, Kuroo y Bokuto ya estaban fuera de las duchas y listos para irse. Antes de separarse, Kenma le dijo al chico de cabello gris que estuviera pendiente de Akaashi, pues el menor parecía extremadamente cansado. "No lo veía desde el lunes en la mañana", pensó Bokuto, "puedo notar un cambio en él, luce como si no hubiese dormido bien en días".

En el auto, de camino a lo de Bokuto, Akaashi apenas habló. Estaba entre el sueño y la vigilia, tratando de darle un descanso a sus ojos sin caer dormido.

─¿Te parece si comemos algo y empezamos a trabajar? ─preguntó el mayor cuando entraron a su departamento. Quería que el pelinegro se diera un descanso antes de empezar de lleno con la investigación─. Sé que es un poco más tarde de lo que usualmente empezamos*, pero aún hay tiempo.

Akaashi miró nervioso el reloj en su muñeca.

─Está bien ─accedió, no muy convencido.

─No tardaré, me quedó un poco de la cena de ayer ─dijo Bokuto, dirigiéndose a la cocina─. Voy a calentar la comida, puedes descansar aquí mientras tanto.

─Okay ─respondió Akaashi, sentándose en la cama.

El menor intentó relajarse, pues se había sentido tenso todo el día y quería quitarse de encima esa sensación, pero falló rotundamente. Necesitaba comenzar a trabajar, estaba retrasándose, perdiendo tiempo valioso.

「caffeine」 bokuakaWhere stories live. Discover now