Capítulo 3

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La tarde había caído y Hazel y yo volvíamos a los dormitorios con apenas unos pocos rayos de sol iluminando el cielo

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La tarde había caído y Hazel y yo volvíamos a los dormitorios con apenas unos pocos rayos de sol iluminando el cielo.

Suspiré exhausta mientras le veía subir sobre una hilera de ladrillos que componían el lateral de una larga matera.

— Hoy alguien intentó asesinarme— solté, provocando que uno de sus pies por poco resbalara, pero lograra mantener su equilibrio mientras volteaba para observarme. 

— ¿Asesinarte?— asentí— ¿Cómo?

— Intentaron ahogarme a la salida de la primera clase. Me estaban esperando con una bolsa y una dosis de fuerza bruta. Lo más curioso es que lo hicieron en un punto que no se encuentra dentro de mi ruta habitual y aun no logró descifrar cómo predijeron mi aparición en ese momento. 

Frunció el ceño, viéndome seguir de largo y bajando en un apuro para detenerme por los hombros.

— ¿Por qué no me lo dijiste?

— Porque hubieses ideado un impulsivo plan que nos hubiese puesto a perseguir una sombra por el resto del día y, sobre todo, nos hubiese hecho faltar a clases innecesariamente.

— Jenn, si hubieses muerto habrías faltado a clases de cualquier manera.

— Pero no morí— repliqué de inmediato, deshaciendo su agarre y continuando con mi camino para restarle importancia al asunto — fue un plan estúpido, quien sea que lo haya intentado se apresuró a actuar y solo provocó que fallara. Aun así, logré golpearlo en el rostro, debe tener un feo hematoma para este momento.

—Entonces dime algo — continuó ella una vez igualó mi marcha — Si su plan fue tan fallido ¿por qué logró escapar?

Apreté mis labios, recordando el sonido tras de mi que me distrajo lo suficiente como para que me atacara con el polvo de tiza.

— Una estupidez que ni siquiera consideraría una táctica, supongo que salí demasiado distraída de donde el suplente como para estar en todos mi cávales—me excusé, recordando su presencia en la puerta tan pronto como todo terminó— ¿Sabes? Creo que sospecha algo, aunque no estoy segura. Unos minutos después se apareció hablándome como si nada hubiese ocurrido.

— ¿Estaba en el lugar?

—Apareció en el lugar— corregí tan pronto como llegamos al edificio de los dormitorios y nos adentramos en el oscuro pasillo— primero, fingió no conocerme ni recordar nada de lo que había ocurrido, y luego, sencillamente apareció con un coqueteo barato preguntando si había hecho una rabieta en su nombre.

Hazel ahogó una risa al tiempo en que sacó la copia de las llaves de mi habitación, jugando un poco con ellas mientras me miraba reprochándome.

— Así que has vuelto a equivocarte por culpa del chico de los ojos cobalto— se burló mientras tentaba con abrir— quizá incluso todo fue un invento de tu mente afectada por el rechaz-

Kiss or killWhere stories live. Discover now