𝕮𝖚𝖆𝖗𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

2.2K 138 6
                                    

Me desperté, revisé la hora y vi que eran las 5:30 p.m.

No quería despertar a Mateo para hablar, porque siéndoles sincera tengo miedo de cómo va a reaccionar.

- ¿Tenes mucho tiempo despierta? - escuché su voz, justo lo que no quería que pasara aún.

- No, literalmente me acabo de despertar. - lo miré.

- ¿Hablamos ya? - bostezó.

- Si. - me levante para agarrar mi computadora y enseñarle el correo que me habían mandado de la universidad.

- Dale, decime entonces. - se acomodó en la cama luego de haberse puesto una de las camisas que tenía acá, ya que la que traía recién me la había puesto yo.

- Bueno... la verdad no se como te lo vas a tomar. - aclaré mi garganta.

Quiero dejar en claro que sea cual sea su reacción me iré, esa universidad es mi sueño, y si... amaba a Mateo, pero no iba a renunciar a mi sueño por él.

- Vos dale, no creo que sea nada malo, no es como que te vayas a ir del país. - bromeó, yo reí con nervios.

Esa broma ya lo había determinado todo.

- Justo es eso Mateo. - vi como su expresión de la cara cambió.

- ¿Qué?

- Sí. - suspire - Fui aceptada en una universidad de Italia. - le mostré el correo, pero también la traducción, ya que estaba en inglés y en italiano solamente.

- ¿Posta te vas a ir? - se levantó luego de haber dejado la computadora a un lado de la cama.

- Si Mateo, he querido esto desde siempre, lo sabías...

- Pensé que era joda, boluda. - me miró serio, bien... esto iba para el orto.

- ¿Por qué voy a hacer una joda con algo así? - lo mire con duda.

- Por ver qué hacía yo, o no se.

- No Mateo, ni siquiera pensé que te lo fueras a tomar así boludo. - seguía sin poder creerme su reacción.

- ¿Y como querés que me lo tome? ¿Que festeje que te vas o qué? Sos una egoísta. - rió con amargura.

- ¿Es posta lo que me estás diciendo? ¿Soy una egoísta? - esta vez yo reí con enojo - Ándate a la mierda Mateo, yo no pienso dejar esta oportunidad porque pensas que mi vida gira al rededor de vos.

- Ni siquiera fue eso lo que dije, no pongas palabras que no salieron de mi boca. - tomó sus pantalones y se los puso.

- Eso diste a entender, ¿No podes apoyarme y ya? - cada segundo que pasaba me enojaba más, y lo que odio de enojarme es que siempre termino con los ojos lagrimosos - Te estoy diciendo que es mi sueño, es como que yo no te apoyara con tu carrera musical. - puse de ejemplo, capaz así entendía lo importante que era para mi ir a esta universidad.

- Pero yo no me voy del país. - escupió.

- ¿Y todas las veces que yo me he quedado acá y vos te has ido de viaje qué? - solté algo que en realidad no quería decir, jamás he tenido problema con eso en realidad, o eso creía hasta ahorita que lo dije.

- Son totalmente diferentes, yo si vuelvo, no me voy por quién sabe cuántos años.

- Podes viajar o yo regresar en vacaciones, podemos hacer que funcione, porque tampoco pienso decirte que te vayas conmigo, porque  yo se que acá perteneces.

- ¿Y lo decidiste así por así o como? ¿Ni siquiera pensaste preguntarme? - se acercó a mi.

Reí con amargura - ¿Te irías conmigo para Italia? - propuse, es más que obvia su respuesta.

- No, ¿como se te ocurre que me voy a ir? Dios... ¿Podes entender lo egoísta que es esto de tu parte? No podes irte así por así, ni siquiera me comentaste que estabas aplicando para irte a Italia.

- ¿Y se supone que te tengo que pedir permiso o como? - esto ya estaba pasando mis límites. 

- Permiso no, pero pudimos haberlo discutido.

- ¿Que crees que estoy tratando de hacer ahorita? - camine un poco mientras me sostenía la cabeza.

- Si, cuando ya tenes decidido hacer lo que vos querés.

- No es lo que yo quiero, es lo que deseo, ¿Tanto te cuesta procesarlo? ¿Tanto te cuesta dejar de pensar solo en lo que vos querés? - estaba a nada de llorar, pueden llamarme exagerada, pero esto realmente me estaba doliendo, por un momento pensé que si me iba a apoyar... como Manuel había apoyado a Perla con su decisión.

- No estoy pensando solo en mi, estoy pensando en nosotros, ¿Vas a arriesgar nuestra relación por irte?

¿Qué? ¿Era enserio lo que acaba de preguntarme?

- ¿Sabes qué? - dije, me miro fijamente, me acerque a él y lo besé, una lágrima comenzó a correr por mi mejilla, ahora si dolía, mucho...

- ¿Te vas a quedar? - susurró acariciando mi mejilla con su pulgar cuando ya nos habíamos separado.

- No, pero quería sentir tus labios por última vez - un nudo se hizo presente en mi garganta - Te tengo que dejar ir Mateo, no puedo estar con alguien que no apoya lo que quiero, lo siento — comencé a llorar.

- Bien, ya quedó todo claro entonces. - se alejó, se sentó en la cama para colocarse las zapatillas mientras yo lo miraba, sollozando.

Una vez listo para marchase, se acercó a mi, volvió a besarme y susurró:

- Lamentó que no deseemos lo mismo... te amo. - sentí como él también comenzaba a llorar.

Sentí como una corriente pasaba por mi, una corriente que indicaba todo el dolor emocional que estaba sintiendo ahora mismo.

- Te amo. - dije antes de que saliera de la habitación.

[] No puedo ser tan sensible, deos, literal escribiendo este capituló casi lloro, no puedo creer que casi acaba todo de esta historia.

Fan ┊Trueno Where stories live. Discover now