『мαтєσ ραℓα¢ισѕ 』
- Sos re tontito Matu, ¿como te vas a poner a gastar guita por mi? - me miro mal.
Luego del momento romántico que acabábamos de pasar, me acorde de los regalos que tenía para ella, que en realidad me había emocionado comprando.
- Tenía que aprovechar, no me dejas mimarte mucho. - le hice un puchero.
- Si te dejo mimarme. - me miro ofendida - Que no quiero que me compres cosas es diferente, bobo, yo te quiero a vos, no a lo material. - me beso el puchero.
- Igual quería comprarte unas cositas. - le agarre la mano.
- Está bien. - rodó los ojos con diversión, ella sabía que era caso perdido hablar de eso - ¿Te pareces si primero me pongo algo más cómodo? - pregunto mirándome.
- No, no, dale, además de que hace un calor del infierno, ese uniforme te ha de estar matando. - hice una mueca al imaginar cómo se sentía.
Se acercó a su placard, saco un crop top negro junto a un short blanco que le quedaba un poco holgado, se saco el uniforme y se puso la ropa rápidamente.
- Listo, ya está. - se sentó en mis piernas - No - dijo antes de abrir el primer regalo.
- ¿Qué pasó? - la mire levantarse.
- Espérame acá. - dijo, asentí y salió de la habitación.
Mire a mi alrededor y sonreí, no era mucho lo que había hecho pero estaba orgulloso, más que todo porque yo nunca he hecho algo así.
- Ahora si. - dijo entrando con un florero que tenía agua, metió ahí las flores y se volvió a sentar en mis piernas.
- Primero este. - se lo pase.
- Wow, será una verdadera sorpresa al abrirlo. - dijo bromeando ya que era una cajita de collar.
- Me arruinas la emoción de la sorpresa amor. - dije haciéndole un puchero.
- Lo siento, mi amor. - rió, agarro mis mejilla y me beso.
- Dale, abrilo. - le pegué unas cuantas palmadas en el trasero.
- Matu, me encanta. - volteo a verme para abrazarme, era una cadena muy sencilla que tenía una pequeña letra G y un corazón.
- ¿Segura que te gusta o preferís que la cambiemos? - pregunte mientras ella me la pasaba para ponérsela.
- No, no, está perfecta así. - beso mi mejilla - Dale, ponemela.
- Listo. - dije cuando ya se la había puesto.
- Noooo. - dijo mirándose en el espejo para luego voltear a verme - Mira que fachera que me veo mi amor - sonrió emocionada mientras agarraba una cadena que antes era mía pero que se la había terminado regalando.
- Sos preciosisima y tenes una facha que me encanta, linda. - le sonríe, realmente estaba hasta las manos con ella.
- Sos un lindo. - me acunó la cara - Te amo gordito lindo. - me beso.
Era adicto a sentir sus labios sobre los míos
- Ya nos re colgamos amor. - reí cuando ella pasó su lengua por encima de mis labios - Dale, seguí abriendo los regalos, que faltan.
- Ay Mateo - se quejó - ¿Por que gastaste tanto en mi?
- Porqué te lo mereces bombón, ahora deja de quejarte y abri los demás. - la agarre de la mano y la senté, le pase unas bolsas más.
- No. - miró lo que tenían adentro - Con toda esta ropa pongo una tienda y me hago millonaria. - dijo burlona.
- Sos re exagerada. - rodé los ojos con una gran sonrisa en los labios, esa sonrisa que tenía magia gracias a ella.
- Matu, te debo la vida a vos, mira todo lo que me estás regalando. - se dio la vuelta para mirarme.
- Tenía que hacerlo, por primera vez en la vida no te ibas a quejar tanto porque te regalará cosas. - la mire con la ceja alzada.
- Y si, vos te re emocionas y no quiero que gastes tu guita por mi. - me agarro nuevamente de las mejillas.
- Una vez cada cierto tiempo no hace daño, ¿O si? - tome también su cara entre mis manos.
- Está bien Matu, una vez cada cierto tiempo si te lo acepto. - beso mi nariz.
- Por fin gane una discusión con vos. - sonreí
- No te alegres mucho, es la única que ganarás mi amor. - me sonrío y comenzamos a chapar, mejor... así le daba tiempo a Marcos de llegar para la ultima sorpresa que teníamos para Génesis, porque si... la última era de parte de ambos.
Estuvimos un rato más haciéndonos un poco de mimos y besándonos hasta que nos asustamos al escuchar la puerta y a Marcos decir:
- Así los quería agarrar puercos. - entró por completo a la habitación y con Génesis nos separamos rápidamente para que ella pudiera saludarlo.
- ¿Qué haces tan temprano acá? - dijo ella feliz.
- Con Mateo tenemos algo pendiente. - dijo Marcos mirándome esta vez a mi mientras la abrazaba a ella.
- ¿Qué? - pregunto confundida mientras miraba a Marcos y luego a mi... y así varias veces más.
- Y bueno... con Marcos te tenemos una última sorpresa. - dije sonriéndole.
- ¿Por fin me vas a dejar tener un perrito? - dijo mirándolo a él.
- No. - la miro serio, ella suspiró y rodó los ojos - Es algo por lo que seguramente nos vas a matar.
- Yo sabía que algo habías hecho Mateo Palacios, veamos, ¿Que hicieron bobos? - nos miró entrecerrando los ojos.
- Toma. - dije estirándole el último regalo, ella lo agarro con desconfianza.
- ¿Qué hay acá ? ¿Una araña? - dijo sentándose en la cama.
- Si lo abrís capaz te respondes vos misma la pregunta. - dijo Marcos con un tono de obviedad.
- No te lo puedo creer. - dijo mirando lo que estaba adentro de la caja y luego quedándose callada mientras agarraba lo que estaba ahí.
- ¿Y? - preguntó Marcos mirándome a mi y a ella.
- Los amo tanto. - dijo con los ojos llorosos mientras nos veía - Sin duda alguna son los mejores. - comenzó a besarnos la cara.
- ¿Nos vamos a España, muñeca? - pregunté tomando su mano.
- Nos vamos a España, muñeco. - sonrió besándome.
No podría estar más enamorado de ella...