ҽՏҽ ղҽɾժ ▪pjm▪ GANADORA DE LOS "BTS AWARDS 2020" [PAUSADA]

XIX

— Bien, ¿Y ahora qué? — preguntó Abbigail cruzándose de brazos esperando una respuesta de Jimin quien tenía a su perro con una correa.

— ¿Qué de qué?

La pelinaranja pasó su mano sana frustrada por su cara. ¿Y ese tipo era un genio?

— Por culpa de TU perro me lastimé la mano y por culpa de TU perro debo ir al hospital.

El rubio arqueó una de sus cejas y sonrió burlón.

— ¿Quieres que me encargue de tu trabajo? Tu fuiste la culpable que los dejó escapar.

— ¡Fue culpa de ese idiota! — furiosa señaló al castaño quien llevaba un caniche en sus manos y al ser nombrado, levantó su cabeza confundido.

— En ese caso, él debe encargarse de ti, no yo. No es mi trabajo Jones, yo te pago para que lo hagas.

— ¡Eres un completo idiota, no sabes como te odio! — la mas baja se lanzó encima del rubio, sin embargo Hyuna y el castaño la atraparon antes de que lo golpeara. — ¡Dejenme darle su merecido, maldito estúpido! ¡Aún con una mano puedo dejarte en tu lugar Park Jimin!

— Tranquilizate un poco Abby, ten cuidado con tu mano. Nosotros te llevaremos al hospital. — Hyuna trató de calmar a su mejor amiga, poniéndose en el medio de ambos enemigos para tratar de evitar que alguna nueva guerra se desatara.  — No te preocupes por tu trabajo podre...

— Lo siento, es mi culpa. Déjame compensarte, yo te llevaré al hospital y pagaré los gastos. Es lo mínimo que puedo hacer. — esta vez fue el castaño quien intentó hacer reaccionar a la joven. Había sido su culpa y por su culpa esa muchacha había salido herida. Abbigail observó al castaño.

— ¿Cómo te llamas? Por todo este desastre sigo sin saber tu nombre.

— ¡Soy Kim Hyojong. Por favor acepta mi ayuda! — el joven hizo una reverencia a lo que Jimin viró los ojos haciendo al castaño a un lado.

— BIEN, me encargaré de tu mano. — y sin esperar respuestas por parte de nadie, agarró la mano lastimada de la fémina haciendola gritar.

— ¡Maldito estúpido, esa es mi mano lastimada!

Jimin saltó a causa del grito de la fémina por lo que la soltó enseguida y suspiró. Bien, había sido un descuidado.

— Lo siento, ¿Si? — se disculpó el rubio con molestia saliendo de sus labios. Odiaba tener que salir con el orgullo herido, pero en ese momento no tuvo ninguna excusa. — Hyuna, te encargamos los perros.

La mayor asintió.

— Sí, después de todo Abbigail hizo un punto de encuentro con los dueños en una plaza, ¿Pero que hacemos con tu galgo?

— Llamaré a uno de mis amigos para que se hagan cargo.

— Tengan cuidado, pronto comenzará a anochecer y a hacer más frío. — dijo Hyuna como toda una madre preocupada por sus hijos.

Ambos emprendieron rumbo por las calles concuridas de Seúl. Abbigail sostenía su mano lastimada que, pronto comenzó a ponerse morada y perdía forma debido a la hinchazón.

— Ten. — le ofreció Jimin su corbata, se detuvo en frente de la más baja para atarle la corbata y que pusiera su mano ahí. — Lo ideal es que tu mano se mantenga arriba. No queremos que esto empeore. 

Guardándose su orgullo, Abbigail le tuvo que agradecer a lo que Jimin simplemente sonrió dejando a la fémina anonadada.

— Iremos en mi auto. — le informó el rubio.