Capítulo 3

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- Pero miren quienes vienen ahí.  - Dijo alegremente Maggie al vernos. 

Sonreí, y tome con más fuerza el brazo de mi chico.

- Hola, Maggie.

-Alen, que milagro que te pasas por aquí. - Ambos se dieron un beso el la mejilla. - No te he visto subir a este piso.

- Lo sé,  sólo que...- Paso su mano derecha por su cabello. - Addy dijo que estaría muy ocupada y yo también lo estaba.

La mujer enfrente nuestro se rió por ponerlo nervioso.

- Tranquilo. - Se acerco a él.- Sólo tengo que decirte que por ahí hay un chico que no deja de verla - Susurro y me señalo.

Negué.

-Bueno voy por agua, los dejo. - Tomó su celular y se fue.

Solté la mano de Alen para dejar mi bolso en mi pequeño escritorio, lo sentí detrás de mi, gire para verlo de frente.

- ¿Entonces? - Alzo una de sus cejas, y puso ambas manos a mis costados recargándose en la mesa. 

- Sabes que esta bromeando. - Acaricie sus brazos.

Lo vi sonreír. 

- Si, lo sé. - Toco la punta de mí nariz.

Mi alarma sonó, faltaban 5 minutos para que terminara la hora de la comida.

-Tengo irme. - Asentí.  - Paso por ti. - Acomodo la mochila en su hombro.

Él normalmente sale más temprano que yo así que nos veremos hasta que vayamos al bar.

- Te envió un mensaje. - Bese su mejilla. 

Me senté y me dispuse a organizar la próxima semana, Maggie dejo un vaso de agua de limón enfrente mío, le agradecí y ambas nos pusimos a trabajar. Primero planeaba todo en mi agenda y luego lo pasaba al calendario de la Tablet, estando ahí se registraba  inmediatamente en el celular del señor Wolley y Margaret.

Según mi jefe soy muy buena organizando y diseñando,  por lo tanto debería estar trabajando en diseñadora de interiores o algo parecido y no en una empresa.

- ¡Dios! a que no saben. - Grito Amelia al llegar con nosotras, dejo una barra de cereal integral en mi mesa y gomitas en la de mi compañera.

- ¿Qué ocurre Amelia? -Sonrió Maggie de forma dulce hacia ella por su entusiasmo.

Adoraba esta mujer con toda mi alma, era bueno saber que tenias a alguien con quien contar, con millones de consejos, dispuesta a escuchar y decir todo con honestidad y respeto.

- Cuando iba a entrar al elevador me tope con un chico guapísimo. -Suspiro y se dejo caer en la silla frente a mi.

Reí por eso, si bien no conocía a la mayoría de los hombres que trabajaban aquí pero los amigos de Alen no son feos ni tampoco los pocos con los que he hablado por un asunto o topado al llegar.

- ¿ Y cómo era? - Maggie abrió  el pequeño túper y nos ofreció. Ella estaba más interesada en la charla que yo.

- Tiene su cabello negro, piel morena y es un poco alto. - Llevo la golosina a su boca. - Sus manos son hermosas, llevaba un par de anillos y pulseras.

- Muy pocos chicos de aquí usan eso, la mayoría viene muy formal.

- Si, su estilo era muy vintage. Me gusta. - Amelia le dio la razón. - ¿Trabaja aquí?

- No conocemos a todos los trabajadores pero aún son muy pocos.

-Pronto seremos tantos que ni siquiera recordaremos sus nombres. - Comenté, la empresa abrió unos meses antes de que yo llegará, así que no eran tantos los que trabajaban aquí pero ahora con los nuevos socios y planes seguro que necesitaríamos a más personas. 

Me frustre pensando en que tendremos que organizar entrevistas de trabajo y publicar las ofertas por todos los medios posibles.

- Dinos como venía vestido quizá sepamos quién es. - Al escuchar Maggie usar el plural de nuevo, preste atención a Amelia.

- Llevaba una camisa café y un collar. - Fruncí el entre cejo.

Observe a Maggie, ella alzó sus cejas y estoy segura que aguantaba una carcajada por la forma en la que sus cachetes se inflaron.

Aparte la mirada.

- Estoy segura que Addeline podría decirte exactamente quien es ¿no es así?

Con la vista aún en la libreta sentí  mi cara arder y la pluma en mi mano temblar.

Amelia estaba hablando de Alen.

Mi novio.

¡Mierda!






"New Angel" | NH Where stories live. Discover now