3:12 am

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Ambos compartían el espacio de la cabina, un poco incómodos, bebiendo sus chocolates sin mirarse, como si aquel lugar les trajera de vuelta alguna cordura perdida.

—Deberíamos descansar.- comentó Tendo, más para romper el silencio que porque lo pensara en serio

—¿Estás cansado?- le contestó Ushijima, fingiendo no notar el súbito cambio de actitud.

—No realmente. ¿Y tú?

—Un poco. Ha sido un día largo.

De nuevo el silencio. Inevitablemente extendiéndose a lo largo de tres incómodos minutos.

—¿En serio acabamos de besarnos?- Tendo miraba el fondo de su vaso, sus antebrazos descansaban sobre el volante, sus pies jugueteaban con los pedales a los cuales sus piernas llegaban con dificultad.

—De besarnos y de sobarnos un poco en el baño de una cafetería. Sí.

—Nunca había hecho algo así.

—¿De verdad?

—Sé que puedes creer que he hecho de todo en esta vida, pero no, nunca había hecho algo así.

—Entonces fui tu primer ¨rollo de baño de cafetería¨.

—¿Eso tan siquiera existe?- Tendo sonrió ante la ocurrencia de Ushijima.

—Pues no sé. Acabamos de tener uno.

—¿Y no sabes nada sobre ¨rollos de camión en la madrugada¨?

Ushijima se permitió mirar el rostro de Tendo. Aquella era la insinuación más directa que le había hecho en toda la noche. Sería un tonto si solamente la dejaba pasar. Se inclinó hacia Tendo estirando lentamente una de sus manos hasta acariciar con el pulgar su labio inferior

—No. Pero apuesto a que me puedes enseñar.

Tendo sonrió, estirando sus labios debajo del dedo. A Ushijima le gustó la sensación de su piel en su yema.

—Será mejor que dejemos eso para más tarde.- Tendo murmuró, aun con aquel roce sobre sus labios.

Ushijima frunció el ceño, extrañado. Por un momento, había pensado que estaba sucediendo algo allí.

—¿Por qué?

Tendo estiró su brazo para encender el motor del camión y comenzar a maniobrar para retornar a la carretera.

—Tienes que descansar un poco.-Ushijima pudo ver como los nudillos del pelirrojo se crispaban encima del volante. Giró su rostro hacia él, se estaba mordiendo los labios. —Duerme un poco, reposa la comida.- sonrió.

Ushijima lo miró con la misma expresión durante unos segundos más. Él estaba dispuesto a saltar sobre Tendo y hacerlo olvidar hasta su nombre. Sin embargo aquello... no sabía cómo interpretar esta actitud en él. Su rostro no lucía arrepentido o enojado, más bien... parecía estarse resistiendo. Tendo no lo volvió a mirar, su vista estaba fija en el camino delante de ellos. Ushijima decidió no darle más vueltas de las necesarias al asunto, además, ya el cansancio y su estómago recién llenado estaban empezando a hacer que sus párpados pesaran. Acomodó su cabeza sobre el respaldo del asiento y se dejó llevar por el silencio y el suave murmullo del motor de aquel camión.

De todos modos, aun en sus sueños, se seguía preguntando qué había pasado para que Tendo cambiara tan extrañamente de actitud.

Cuando Ushijima estuvo profundamente dormido, Tendo se permitió volver a mirar en su dirección. Así, dormido, se veía incluso más apuesto, sus facciones tranquilas y sus cejas relajadas lo hacían lucir más amable y cálido. No pudo aguantar la tentación y extendió una mano hasta rozar suavemente aquellos labios. Una sonrisa traviesa se escapó de sus labios al tocarlo, como si cumpliera la más ansiada de sus fantasías.

Retiró su manos con cuidado y recordó la razón por la cual había detenido los avances de Ushijima.

Sacó su teléfono del bolsillo y miró la pantalla.

En efecto. Tenía tres llamadas perdidas.

Eran del número al cual Ushijima había llamado. Su amigo Semi.

Tendo devolvió la llamada. Sabía que eso no estaba bien. Que aquello no era asunto suyo. Pero ya en aquel momento eso le traía sin cuidado.

Dos cortos timbres y la voz nerviosa de Semi se escuchó desde el otro lado.

—¡Ushijima-kun! ¿Se puede saber qué diablos pasó? ¿Dónde demonios estás metido? Oikawa me llamó, me dijo lo que pasó y que te habías ido en tu motocicleta. ¿Cómo carajo piensas llegar aquí para mañana?...-Semi estaba agitado, sus respiración lo delataba. —¡Como sea! Asegúrate de estar aquí mañana. Oikawa ya fue al aeropuerto, dice que vendrá en el primer vuelo que salga. ¿Acaso estás loco? Entiendo que te enojes pero no puedes salir sin hablar al respecto y menos en tu moto, enojado, de noche y por la carretera. Mañana voy a hablar seriamente contigo, y Oikawa también estaba muy preocupado por ti. Espero que ya se te haya enfriado la cabeza lo suficiente como para que hables con él. Son cinco años, Ushijima, cinco años que no pasaron por gusto. Dale una oportunidad, sabes que no vas a encontrar a otro chico como Oikawa...- de repente Semi guardó silencio.- ¿Ushijima? ¿Estás ahí? ¿De quién es este número?

Tendo tragó en seco para aliviar el nudo que se había formado en su garganta.

—Wakatoshi-kun va a estar allí a tiempo.

—¡Espera! ¿Quién...?

Tendo bajó el teléfono y colgó la llamada.

No se sentía bien. Había algo en su interior que lo asfixiaba. Era como si... como si acabaran de gritarle al oído que todo aquello que había pensado estaba mal, era una locura. Ushijima no podía estar con él. Todo estaba mal, absolutamente todo. Su amigo tenía razón. Y fue duro chocar con la realidad después de haberlo visto todo tan borroso. Apretó el volante con fuerza, hasta que sus nudillos se tornaron blancos. Definitivamente él tenía la suerte más perra del universo.

𝗛𝗶𝗴𝗵𝘄𝗮𝘆; 𝘂𝘀𝗵𝗶𝘁𝗲𝗻.Where stories live. Discover now