Han JiSung es un joven adulto que ha vivido veintidós años de su vida privado por completo de uno de sus sentidos: La vista. El nació siendo ciego, por lo que cree que no es feliz, debido a las contantes burlas a su alrededor e incluso por algunos c...
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Todo el camino fui asustado, a cada segundo MinHo jalaba la camioneta de lado a lado, seguramente esquivando gente o infectados. Todo se oía hecho un caos, helicópteros, explosiones, gente gritando. Tuve que hacerme bolita en mi lugar tratando de no creer lo que estaba pasando y que todo era una pesadilla de la cual estaba por despertar.
Pero de repente ya sólo oí como MinHo aceleró, pero yendo ya en línea recta.
— ¿Ya pasó? —Pregunté bajando mis pernas del asiento.
— Sí, JiSung. Ya pasamos el centro de Seúl, vamos a ir hacia la casa de DaeHwi antes de salir de la ciudad, ¿Está bien? —Asentí exhalando todo el aire que había estado reteniendo desde hace unos segundos. Fue la cosa más horrenda que sentí en mi vida, el no poder ver si en algún momento nos íbamos a estrellar para al menos poder estar preparado.
Todo el camino me mantuve en silencio, sentí que a MinHo le molestaría si me ponía a hablar, pero el ambiente estaba tan incómodo que me estaba sofocando.
— ¿En dónde estamos? —Pregunté para poder romper esa maldita tensión.
— En el vecindario de DaeHwi...todo está tan tranquilo –Suspiré al oír el nombre de mi primo, lo extrañaba tanto. Quería que me abrazara y me dijera que todo estaba bien y que saldríamos de esta.
— ¿Puedes...describirme todo lo que ves? —Pregunté de nuevo, esta vez más tímido. Odiaba tener que pedir eso, que me describieran lo que había en mi alrededor.
— Sí, eh... —Hubo unos segundos de silencio en donde MinHo se quedó callado, pero después empezó a hablar–, hay autos estrellados por todos lados y algunos prendidos en llamas. Hay cuerpos tirados en las aceras y todas la puertas de la casas están abiertas. Hay vidrios rotos en el suelo y... hay un edificio con infectados adentro.
— ¿Cómo lo sabes? —Pregunté nervioso.
— En la mayoría del edificio hay ventanales donde los infectados pasan lentamente de un lado a otro —Asentí, MinHo siguió hablando–. Ya llegamos a la casa de DaeHwi, vamos.
MinHo estacionó la camioneta y oí como quitó los seguros. Un extraño nerviosismo atacó mi cuerpo rehusándome a abrir la puerta. Sabía que algo iba a salir mal y no quería averiguar que era.
— Espera JiSung, revisaré que no venga nada —Abrió su puerta y después la cerró de nuevo. Me quedé en silencio total para escuchar todo lo que sucedía afuera hasta que mi puerta se abrió haciendo que brincara del susto–. Soy yo, JiSung. Tranquilo, no hay nadie merodeando por aquí asi que vamos.
Bajé de la camioneta y como reflejo tomé la mano de MinHo, quien se tensó un poco pero después siguió caminando. Oí las llaves chocando contra la puerta y segundos después esta se abrió. Entramos en completo silencio, seguramente MinHo buscando algo que no cuadrara ahí, pero cuando me soltó supe que no estábamos en peligro.
