Han JiSung es un joven adulto que ha vivido veintidós años de su vida privado por completo de uno de sus sentidos: La vista. El nació siendo ciego, por lo que cree que no es feliz, debido a las contantes burlas a su alrededor e incluso por algunos c...
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Por cuestiones de supervivencia, Christopher había ordenado el día anterior irnos en cuanto el sol saliera para seguir avanzando, pero un inconveniente arruinó el plan por completo; Los infectados.
Por seguridad tuvimos que permanecer en de los departamentos un día más. La noche anterior se había juntando una enorme horda de infectados en la calle principal, y por lo tanto, Chris ordenó que nos quedáramos dentro del edificio sin hacer demasiado ruido. Sinceramente creí qué era lo mejor, no quería exponerme a ser atacado por un infectado o en el peor de los casos, que un mutante apareciera.
Lo único que me alegró el día fue cuando desperté con una vista hermosa, por el ventanal de la sala se veía como caían pequeños copos de nieve desde el cielo hasta tocar el suelo. Ya había comenzado a nevar y oficialmente estábamos entrando en el verdadero invierno.
— Felix, ¿Qué no tienes frío? Está helando y tú sin chamarra, te vas a enfermar —Dijo ChangBin entrando al departamento. Tenía la nariz roja y mantenía el cierre de la chamarra hasta su cuello, Sonreí negando y él suspiró. Caminó hacia mi a pasos lentos y me extendió su mano, en esta traía una bolsa de plástico-. Chris nos manda esto, son sándwiches para que desayunemos. Dice que encontró mucha comida en el departamento donde se quedó.
— Chris es tan buena persona —Dije caminando con la bolsa en la mano hasta la mesa del comedor, dejándola sobre esta para después voltearme a verlo—. ¿Puedes ir a levantar a JeongIn? Yo iré a despertar a JiSung.
— ¡Oh, no! JeongIn te tira patadas mientras duerme, la otra vez que traté de despertarlo en una de las cabañas donde nos quedamos, casi me rompe las costillas —Dijo haciendo una mueca de disgusto, yo reí—. Si JeongIn me golpea, te mataré Lee Felix, ¿Lo oyes bien?
— Si, sí. Podrás matarme cuantas veces quieras —Dije riendo mientras me acercaba a la habitación de JiSung. Abrí lentamente la puerta, asomando primero mi cabeza y luego entrando por completo. Las cortinas estaban cerradas y además se veía muy gruesas, ya que no dejaba pasar ni un solo rayo de luz.
Observé el pequeño bulto en la cama entre todas las cobijas. Sólo se podía ver su cabello y como respiraba tranquilamente. Y no sé por qué, pero no quería despertarlo, se veía como un pequeño bebé durmiendo. Sin embargo, tenía que hacerlo ya que debíamos desayunar lo que Christopher nos había mandado.
— JiSungie... —Dije acercándome hasta él, sentándome en la orilla de la cama para comenzar a moverlo suavemente, no quería asustarlo—. Hey, Sungie, ya es hora de que despiertes, son las diez de la mañana y debes desayunar algo.
JiSung comenzó a removerse bajo las cobijas y lentamente su cabeza salió de entre ellas. Sus ojitos adormilados se asomaron por las sábanas, después de que se destapara hasta el cuello, sonrió y luego bostezó.
— Hola —Dijo tallándose los ojos—. ¿Qué me vas a hacer de desayunar? —Dijo riendo.
— Chris nos hizo el desayuno, vamos para que sepas qué es —Lo tomé de la mano y traté de levantarlo, pero se negó jalándome hacia él. Mi cabeza quedó en su pecho y reí tratando de quitarme apoyando mis manos a cada lado de sus costados. Pero vaya que él si era fuerte, me terminó aprisionando con sus brazos, como si fuera un pequeño peluche.
