𝐄°𝟏𝟎 "𝐑𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨"

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·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳ ʏᴏ ᴍᴇ ʜᴀʀᴇ́ ᴄᴀʀɢᴏ.

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C

aminaba junto a JeongYeon se le notaba bastante insegura y temerosa, era obvio, después de todo la absurda decisión que habíamos tomado nos traería grandes desgracias.

— No hace falta que vengas.— Le dije, no se le veía segura.

— Ambas tomamos esta decisión y debo acompañarte...

— Es mejor que yo lo haga, no creo que se lo tomé muy bien.

— Pero debo apoyarte.— Se rehusaba a dejarla sola.

— Hazme caso, yo me encargaré de todo.— Intentaba tranquilizarla.

— ¿Estás segura?...— JeongYeon estába realmente preocupada.

— Lo estoy.— Le sonreí llena de seguridad. Por supuesto que estába segura.

Y sin decir más atravesé el portal. JeongYeon debía quedarse en la tierra por su seguridad, hablar con mi padre siempre dejaba a un involucrado herido.

— Una vez más en casa...— Tomé una gran bocata de aire al llegar a mi hogar.

Caminé hacía el palacio. Mis sirvientes se sorprendieron por mi tan repentina visita, pero aún así me recibieron y trataron como debían.

— ¿En dónde está mi padre? — Pregunté.

— Está en el trono, ¿gusta que le informe sobre su llegada?

— No, sacá a todos del segúndo piso, no quiero cadáveres que entorpezcan mi caminó.— Solté sin más.

— Sí, princesa cómo usted ordené.

Subí las escaleras y caminé para adentrarme al largo pasillo que daba al trono de mi padre.

Abrí las puertas y les hice señas a los sirvientes para que se marcharán de ahí.

— Hija mía, ¿a qué se debe tu visita? — Sonrió.

Él sabía que vendría, no es estúpido.

— Espías...¿Te suenan? — Solté con un tono seco y frío.

— Me sorprende que te hayas dado cuenta.— Rio levemente.

— Pensé que era un error mío, pero recordé que nunca me equívoco.— Sonreí vanidosa.

Él solo rio.

— ¿Solo vienés a reprocharme el por qué te envié espías? — Preguntó serio.

— Enviaste a las cuatro magas de élite a "espiarme" Es obvio que hay otra razón y esa es lo que busco.— Contesté con simpleza.

— Él rio —  Sí que la hay y es muy simple...

— Entonces, ¿qué esperas?Dimela...— Ordené con frialdad.

— Les pedí que asesinarán a la humana que siempre te acompaña, para que no interfiera con mis planes.— Contestó con una gran sonrisa en sus labios. Era una de burla.

— ¿S-Sana?...

La jóven mujer tocó la cabeza de Sana y observó atenta cada movimiento e incoherencias que salían de la chica

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La jóven mujer tocó la cabeza de Sana y observó atenta cada movimiento e incoherencias que salían de la chica.

— ¿Q-Qué me hiciste? — Se alejó rápidamente la japonesa.

Había recobrado la conciencia.

— Solo te devolví los recuerdos que te hacían falta.— Explicó con una sonrisa.

— ¿Por qué me pasó ésto?, ¿quién soy?, ¿qué hago aquí? — Las preguntas de Sana salían sin control, ella estába confundida.

— Eres y siempre haz sido la princesa vampiro, hija del rey JinSuk y de la reina MinHee.— Explicó lentamente — Debían salvar tu vida, por eso estás aquí.

—Es-Espera...No beberé sangre, no pienso hacerlo.— Retrocedió tapando su boca y negando.

Comenzaba a sentir hambre.

— No creo que te sea necesaria, tu cuerpo se adaptó a la comida humana por años, no tendrás problemas.— La tranquilizó la mujer.

Hyunbi sacó una pequeña bolsita y de ella un hermoso anillo de oro y se lo entregó a Sana.

— ¿Para qué es ésto? — Preguntó confundida Sana.

— Te protegerá del sol, es un pequeño obsequió.— Sonrió levemente — Pero cuando tu poder sea liberado por completo, ya no deberás usarlo.

— Gracias...— Guardó silencio.

Quería decir algo más, pero le daba vergüenza.

— No te preocupes, te enseñaré a controlar tu poder vampiro, pero solo debes utilizarlo cuando te sea necesario, ¿entendido? — Ella podía leer lo que Sana quería.

— Entendido, pero ¿qué hay de mis hermanas?

— Han pasado quince mil años, el sello de las gemas se debe haberse disuelto por alguna extraña razón, así que, lo más probable es que pronto obtendrán sus poderes, igual que tú.— Explicó serena.

— Cuando así sea ¿puedo traerlas con usted? — Preguntó con una sonrisa.

Sana ya sentía que confiaba en la mujer. Ya no le temía.

— Sería un placer ayudar y entrenar a las hijas de MinHee.— Sonrió cálida.

Sana se despidió de Sungbi y caminó de regresó a su apartamento, donde fue recibida por sus dos hermanas que la espeban preocupadas y molestas.

— Sana-chan, ¿en dónde estabas? — Toda la tarde Mina había estado preocupada por el paradero de Sana, pues no le contestaba las llamadas ni mensajes.

— Una amiga me invitó a cenar y olvidé decirles, lo siento...— Se disculpó arrepentida Sana por preocupar a sus hermanas.

— Te invitó a las seis y media de la tarde a cenar y te regresó a las dos veinte de la madrugada...— Añadió molesta Momo.

— Una larga historia...— Una sonrisa falsa se formó en mis labios.

— Bueno, pero para la próxima avisanos...Estábamos muy preocupadas.— Pidió Mina.

— Si, no volverá a pasar.— Sonrió Sana.

— Bien, ahora de ir a dormir.— Informó Momo, pegando un gran bostezo a causa del cansancio.

— S-Sí, vamos...— Dijo algo nerviosa.

Sus hermanas habían creído su mentira, a pesar de ser fatal para mentir.

No se sentía feliz por haberles mentido por supuesto, pero era necesario. Si se los explicará no lo entenderían.

Era mejor así.

ᕦʕ •ᴥ•ʔᕤ ¿por qué no ves al siguiente? Es bueno también ♡

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𝐆𝐞𝐦𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝𝐬 ˢᵃᵗᶻᵘWhere stories live. Discover now