𝐆𝐞𝐦𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝𝐬 ˢᵃᵗᶻᵘ

𝐄°𝟐𝟖 "𝐀𝐜𝐚𝐛𝐚𝐝𝐚"

·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳ ᴛᴢᴜʏᴜ ғᴜᴇ ᴅᴇʀʀᴏᴛᴀᴅᴀ.

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Mina fue en ayuda de Nayeon, la mayor había sido tomada por sorpresa, pero pudo evitar que el ataque no la diera de forma directa, pero eso le costó su brazo izquierdo.

La bestia lo había arrancado con un simple movimiento de sus garras y lo había devorado.

— ¡Nayeon unnie!...— Mina, la ayudó a ponerse se pie.

— Es-Estoy bien, gracias...— Le dolía mucho regenerar su brazo pues el líquido penetraba en sus huesos.

El Rey rio y eso fue un llamado de alerta para todas.

— ¡Rápido muevanse!...— Jihyo llamó la atención de todas.

Un aullido y todos los lobos se habían trasformado en esas bestias sin rostro.

Una auténtica pesadilla.

— Somi encargate de Jihyo, nosotras nos haremos cargó de esas cosas.— Dijo Nayeon.

— ¿Estás segura?, tu brazo aún no se cura del todo...— Somi agregó preocupada por el estado de su amiga.

— Pronto se regenerará, Chaeyoung y Dahyun protejan la retaguardia de Tzuyu...— Ordenó con seriedad — Momo y Mina hagan lo mismo con Sana.— Lo más importante para Nayeon era que ningúna saliera herida.

— ¿Qué hay de mí? — Preguntó confundida JeongYeon, pues su nombre no había sido mencionado.

— Tú y yo nos encargaremos de lo demás.— Sonrió Nayeon.

Mina y Momo protegían a Sana, al parecer la vampira aún no notaba la presencia de esas horrorosas bestias. Su pleito con Elike robaba toda su atención.

Dahyun y ChaeYoung también hacían lo mismo, pero con su respectiva distancia, Tzuyu y su Padre realmente estaban siendo agresivos en su batalla.

Tzuyu esquivaba todos los puñetazos lanzados por su Padre.

Los golpes de ambos eran muy poderosos con tan solo lanzar uno, la tierra bajó ellos se destintegraba por capas.

— ¿Qué les hiciste a esos lobos? — Tzuyu lanzó un golpe, estába molesta por lo que su padre había hecho.

Siempre utilizaba a cualquiera con tal de conseguir lo que quería, no habían límites para él y eso la enfadada muchísimo.

— Les di más poder...Después de todo les hacía falta, eran débiles.— Explicó con una sonrisa burlesca en sus labios.

— ¿Por qué?, ¿qué es lo que quieres? — No entendía por qué los ultilizaba así.

— Te quiero a tí.

— ¿Q-Qué?...

Tzuyu a causa de esas palabras, bajó ka guardia y la única respuesta que recibió fue el violento puño de su Padre en su rostro.

— ¡No bajés la guardia! — Chilló Sana al oír el impactó de Tzuyu en la tierra.

Tzuyu limpió la sangre que corría de su nariz y se levantó otra vez, retomó su antigua postura y siguió en marcha.

— ¿No bajés la guardia?...— Se burló el Rey — ¿Ahora te dice qué hacer?, que bajó has caído Tzuyu, tu Madre estaría decepcionada de verte así.

...

— Atacando a tu padre, ignorando tu labor como Princesa, rompiendo las leyes del Reino, leyes que juraste cumplir y honrar como Princesa de los hombres lobos.— Suspiró.

— Tus leyes me desagradan, las otras razas no son una plaga que debemos exterminar y no debo obedecer a alguién que busca el respetó por el poder que posee.— Explicó con un rostro frío y sin expresión — Tarde o temprano ese poder te consumirá.

— El poder me hace ser respetado, me vuelve una deidad, me vuele indestructible...Me vuelve un Dios.

— Eres débil ahora, el poder te consume y dejás que lo haga, te volviste el juguete de tu propia fuerza...Eres incluso más patético que yo.— Se burló.

— ¿Patetico?, ya lo veremos.

El Rey comenzó a reír con descaro, parecía que había visto una de las cosas más graciosas de toda su vida.

...

— T-Tzuyu...— Un susurro agónico y ahogado por parte de Sana llamó su atención.

Tzuyu volteó. Lo que vió fue horrible.

Todas sus amigas habían sido atravesadas por agujas que habían emergido del suelo.

Todas ellas muertas, se podía ver en sus expresiones llenas de agonía y sus ojos semi grises.

Sana luchaba por mantenerse con vida, pero no pudo soportar más y lentamente dejó de luchar.

Ella cedió a la muerte.

— Mientras tú hablabas, tus amigas eran lentamente atravesadas por esas agujas venenosas, gritos de agonía que rogaban por tu ayuda.— Se burló — Y tú las ignorabas...

...

— Tzuyu, Tzuyu ayúdanos por favor, ¡Tzuyu!...— Remendo con gracia.

Los ojos de Tzuyu se llenaron de lágrimas y su forma humana se había hecho presenté.

Todas ellas incluyendo Sana muertas, de la nada un fuerte dolor en su pecho la hizó gritar y abrir sus ojos de golpe.

— ¡Ahh!, ¡A-Ahg!...

— No te preocupes, no te excluiré de ésto después de todo.

Su cuello, abdomen y pecho habían sido atravesados por las mismas agujas emergidas del suelo, poco a poco su cuerpo se debilitaba y se elevaba conforme las agujas crecían.

— ¡Agh!...

— Estás acabada Tzuyu...— Se burló el Rey al ver el rostro llenó de tristeza y desesperó de su hija, nada más que eso le hacía sonreír.

— Sa-Sana...— Estiró su brazo, anhelando poder tomar su mano.

No pudo hacer más antes de ceder al veneno que ya se abría paso por su sangre y muy pronto estaría instalado por todo su cuerpo.

Comenzaría a morir pronto.

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