5

384 41 1
                                    

—¿Podríamos tomar un descanso? —pregunte al sentir como mi cuerpo comenzaba a temblar por el esfuerzo que estaba haciendo. 

—Miriam, hemos estado practicando esto por cuatro días —respondió mi abuela. 

—Y por eso debería tener un descanso, por favor —suplique juntando las palmas de mis manos. 

Las gotas de sudor bajaban por mi frente y mi vestido se pegaba a mi cuerpo el sudor que emanaba mi cuerpo. 

—Uno pequeño, que hasta que no pases este hechizo no podrás hacer ese que tanto quieres hacer —su voz sonaba con burla y también enojo. 

Me lance al suelo, sentía alivio al descansar un poco, este hechizo estaba durando más de lo esperado. 

Para hacer que este hechizo funcione necesito del sol, y la mejor hora— según mi abuela —es justo cuando el sol esta en su fase más alta en el cielo. 

Yo me muero de calor y estoy segura de que utilizare este hechizo para curar las quemadas que tengo en algunos de mis dedos. 

La abuela Kamala me advirtió sobre la utilización de este hechizo a tan corto tiempo de empezar con la magia, pero que también es importante para encontrar a mis amigas y por el propósito que tiene la diosa Luna para conmigo. 

—Miriam, vuelve a intentar el hechizo. 

Me levante sin nada de ganas, pero antes de empezar a tratar de curar al pobre venado que tengo enfrente, hice otro hechizo que me había enseñado Kamala. 

—Et dabis nobis fructus dulcis: Interrogabo vos et ego unum est mihi secundum animum meum, cum fruges fame dare nobis —vi como una deliciosa manzana bajaba del arbol que hace una semana hice crecer. 

—Miriam no es momento de comer —mi abuela se estaba poniendo muy, pero muy enojada, y una de las razones es que desobedecí una de sus reglas. 

"No tocar nada" Y yo fui y toque el libro de hechizos que ella tenia en la mesa de comedor.

Deje la manzana en el suelo y me acerque al pequeño venado que tenia frente a mi, el pobre tenia una enorme herida en su pierna y no había muerto gracias a que Kamala lo a estado curando un poco, pero no lo suficiente.  

Respire profundo para concentrar mis pensamientos en el indefenso venado que tenia frente a mi y poder pronunciar bien el hechizo. 

—Sana vulnera sole tunc, quae est confringetur quod restiuvo —sentía como mis dedos empezaba a quemarse, pero seguí presionando la herida del venado hasta que sentí un viento frío pasar junto a mi. 

Una sensación para nada agradable recorrió mi cuerpo, no podía ver nada ya que mi cabello cubría mi rostro por el repentino viento que acaba de azotarme. 

Escuche gruñidos y aullidos provenir detrás de mi, manos frías, respiración fría y un olor a muerte me envolvieron de repente. 

Frente a mi vi un lobo negro que era mucho más grande que los demás, pero sus ojos azules, ¡era Víctor! 

Varios lobos detrás de él gruñían en mi dirección, hasta que note la situación en la que estaba.

Un chico me tenía como si fuera su escudo, sus manos eran muy frías, como si estuviera muerto. 

—Me dejaran ir pulgosos y me llevare a la chica conmigo —dijo oliendo mi cuello, nauseas era lo que sentía el que hiciera eso. 

El hechizo que memorice, exacto, aunque no se si estaba preparada para utilizarlo. 

Orígenes [#1: TRILOGÍA ABBADON]Where stories live. Discover now