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La tarde pasó entre la abuela y Leticia hablando animadamente y los dos pequeños niños jugando.

Me parece extraño que para tener solo un año esos dos pequeños parezcan tener cinco años.

—¿Miriam también sabes hacer magia como la abuela? —pregunto Jeremiah.

—Sí, aunque todavía estoy aprendiendo —asintió a modo de respuesta, pero Benjamín se me tiró encima y comenzó a decirme animadamente que le enseñara algo.

Volví a ver a Kamala pidiendo permiso, pero esta ni siquiera volvió a verme, así que solo comencé a hacer un hechizo.

Este solo lo había aprendido porque me pareció muy hermoso y no se necesitaba decir un montón de palabras en otro idioma.

Moví mis dedos y ambos niños veían intrigados que sería lo que aparecería.

—¡Un copo de nieve! —dijo con entusiasmo Benjamín, volviendo a tirarse encima de mi esta vez haciendo que me callera de espalda.

—Au. —me quejé ya que la madera me lastimó uno de los brazos.

—No la toques —volvió a decir Jeremiah —¿Estas bien? —preguntó con preocupación en sus ojos cafés.

—¿Por qué no puedo tocarla? Ni que fuera solo tuya Jeremiah —debatió el ojiazul contra su hermano.

—No te comportes como un cachorro recién nacido Benjamín —la actitud tranquila de Jeremiah era todo lo contrario a su hermano.

No solo eran diferentes físicamente también en su personalidad.

—Cachorros que les dije de estar discutiendo —dijo Leticia con los ojos violetas y un tono de voz diferente al de hace un momento.

—Lo sentimos madre.

—Así esta mejor y por favor no molesten a Miriam —concluyo para seguir con la conversación con la abuela.

—¡Kamala! —gritó Víctor desde fuera de la casa, la abuela chasqueó los dedos y la puerta se abrió dejando ver a un agitado Víctor. 

—¡Cariño! —gritó esta vez Leticia quien fue directo a abrazar a Víctor, ¿será que las brujas también tenemos un alma gemela? 

—Padre —dijeron ambos niños y fueron a saludar al hombre que venía con otros más detrás de él. 

—Pase alfa, en un momento serviré la cena —¿cena? Que tan rápido paso el tiempo para que ya fuera hora de cenar. 

Me levante y fui a una de las ventanas que estaba enfrente de mi, la noche cubría todo y la luna brillaba, haciendo que la oscuridad no fuera tan aterradora. 

—Pequeña Miriam ¿Cómo estas? ¿ese asqueroso chupa-sangre te hizo algo? —Víctor se veía muy preocupado e hizo que me pusiera a reír. 

—Estoy bien Víctor, no tienes que preocuparte —apenas termine de decir eso dos lobos se me acercaron furiosos.

—¿Quién te crees niña para faltarle el respeto de esa forma al alfa? —rugió uno, los ojos de ambos hombres cambiaron de color y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

—Deberían de castigarte por la falta de respeto —dijo el otro y cuando estaban a punto de tocarme Víctor gritó dejando a todos quietos como estatuas.

—Ustedes son los que han cometido la falta de respeto —su tono de voz era grave y podría decirse que hasta se escucha como una persona diferente casi se escuchaba como un monstruo —. Largo de mi vista antes de que los lleve a las catacumbas.

Ambos lobos salieron humillados afuera de la casa ¿Cómo podía tener tanto poder? Cierto, un alfa es como un líder, y supongo que de hay viene tanto poder.

—¿Estas bien pequeña Miriam? —preguntó Víctor más calmado.

Yo seguía inmóvil en medio de la sala, pero logré asentir. 

—Tranquila Miriam yo te protegeré —y un pequeño Jeremiah corrió hacia mi para abrazar mis piernas que era lo unico que podia alcansar.

—Vamos a comer —dijo Kamala interrumpiendo el momento.

Todos fuimos a la mesa que estaba libre de libros y especies raras de plantas, todos parecían una familia.

Sin embargo, no dejaba de pensar en mi familia, es como si sintiera dolor por dejarlos para buscar a mis amigas que quien sabe si están vivas o muertas.

...

—Miriam levántate vamos a salir —dijo la abuela mientras entraba a la habitación.

—¿Donde vamos a ir?

—Al centro de la manada —termino mientras quitaba la sábana que tenía sobre mi cuerpo para ayudarme a levantarme.

Me gustaría dormir un poco más y no solo aprender hechizos, lo bueno es que ahora podré conocer la manada por fin.

Me levante y coloque un vestido blanco que me había regalado Leticia el día anterior. Esa mujer es un amor de persona, y los gemelos eran aún más lindos y divertidos.

Aunque el comportamiento de Jeremiah es un poco extraño, es posesivo y muy callado todo lo contrario al alegre Bemjamin.

—Apurate niña —la paciencia de Kamala estaba a punto de irse, una de las cosas que aprendí además de toda la magia es que cuando esa señora me llama niña tengo que correr a terminar.

Su paciencia se termina al pronunciar la n de niña.

Salí corriendo de la casa por poco tropezando con los escalones de la entrada.

—Vamos que es un largo camino —no entiendo por que caminamos, si existen hechizos para poder transportarse en solo segundos a otra parte.

La calle era de piedra y pude ver a varios hombres haciendo patrullas cerca de donde pasábamos, Víctor me explicó como era que funcionaba la manada.

Estaba el alfa, la luna, los betas, los guerreros, los brujos y de último los de servicio.

Kamala me explico las jerarquías solo que a Víctor no les gusta llamar a los del servicio como omegas ya que cree que es discriminatorio.

La madre de Víctor fue una omega y por eso mismo piensa de esa forma sobre sus omegas.

—Ya estamos a punto de llegar —dijo por fin Kamala, mi curiosidad estaba al límite y logré ver los grandes edificios que estaban delante de nosotros.

Era increíble, se parecía mucho al centro de la ciudad donde vivía, las personas caminaban de un lado a otro unas con ropas muy finas y delicadas, mientras que otros tenían trajes negros muy sofisticados.

Habían cafeterías, un mercado, tiendas de ropa y un sin fin de locales más.

—Es hermoso ¿no? —la melancolía se notaba en su voz, ¿que le pasaba a la abuela?

—Sí, es como otra ciudad, puede que hasta más grande que donde vivía —concluí, obviamente luego voy a averiguar que es lo que le pasa a la abuela.

Aunque las personas parecieran distinguidas no podía evitar sentirme acosada por las miradas que me hacían sentir incómoda.

¿Sabran sobre el accidente?

—¿Estas bien?

Me volví a ver el dueño de esa voz y aunque ya sabía quién era me dio mucha alegría verlo.

—Sí, Víctor —conteste, no me había dado cuenta de que mi corazón se había acelerado.

—Vine de inmediato pensé que te había pasado algo —¿vino solo a ver si estaba bien?

—¿Por que harías algo como eso? —pregunte.

—¿Por que tú...

—No es algo que debas saber aún Miriam —el tono de voz de Kamala era frío como si fuera una advertencia de que no era momento de hablar sobre algo, la pregunta es ¿por qué siempre me ocultan todo?


Perdon por tardar en publicar.

Orígenes [#1: TRILOGÍA ABBADON]Where stories live. Discover now