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Miriam

Mi alma dolía como si estuviera a punto de salir de mi cuerpo, aunque la Diosa Luna hizo que me tranquilizara y esa oscuridad desapareciera el dolor permanecía en mi interior. Después de eso no vi a Jeremiah por ninguna parte, trato de no pensar de manera negativa a fin de cuentas va a ser el próximo alfa no debería de tener problemas con otras criaturas ¿no? 

El dolor se incrementa cada vez que pienso en él, debe ser por lo preocupada que estoy por la seguridad del idiota amargado ese. 

El centro de la manada estaba expectante a ver a uno de los gemelos en su primera transformación además que todos los lobos podrán tomar el control por lo que queda de la noche, faltan solo unos cuantos minutos para que la luna este en su máximo esplendor.

—¿Alguien sabe donde esta Jeremiah? —pregunto Benja que se encontraba ya sin su camisa, no puedo negar que el chico esta como quiere. Ya, basta en el mundo de los humanos que una mujer de veintiocho años este enamorada de uno que apenas va a cumplir dieciséis es acreedora de encarcelamiento.  

—Aquí estoy —se escucho la voz que provenía de detrás de un edificio, sus ojos estaban de un color rojo y su respiración era pesada, esa sensación que tuve cuando estaba con Víctor hoy en la mañana, su cuerpo emanaba el titulo de alfa y nuevamente varios lobos, usualmente los omegas se arrodillaron con sus frentes en el suelo. 

Involuntariamente baje la mirada, mi fuerza de voluntad no era tanta en comparación a la de mi abuela, y había algo más el dolor volvía a estar ahí. Los dedos de Jeremiah quemaban al tocar mi piel y alzar mi rostro para hacer contacto visual, parecía un demonio, el aura negra lo envolvía y por alguna razón parecía medir dos metros, sus ojos rojos me miraban con fascinación, pero también con arrogancia. 

Jeremiah era la oscuridad que percibí hace solo unas horas, la que me había hecho tanto daño y que la Diosa Luna tuvo que intervenir, solo que el dolor no es el mismo de antes. Ahora era mucho menos asfixiante ¿será por la intervención de la Diosa Luna? 

—¡No la toques! —se escuchó al otro lado del montón de personas que estaban embelesadas con el aura de Jeremiah y el gritó gutural de Benja los hizo despertar a todos. 

Solo pude ver a Benja con sus ojos verdes casi llegando a ser como los de Kamala, era increíble lo atrayentes que eran, sentía como si me estuvieran llamando a verlos por siempre y que jamás me cansaría de hacerlo. 

—Chicos basta no van a pelear cuando apenas esta comenzando su transformación —comentó Darko que estaba a punto de transformarse en lobo. 

—¡Ella es mía y no puedes tocarla! —Volvía a gritar esa voz que era del lobo de Benja, esto se iba a poner demasiado feo, el poder de alfa de Jeremiah se hacía cada vez más fuerte y llegará a un punto donde someterá por completo a Benja.

—Ella es mía hermanito y no puedes hacer nada para evitarlo —un escalofrió recorrió mi cuerpo al escuchar esa voz, era mucho más aterradora que la de Darko o la del lobo de Benja, se podría decir que es maldad pura. 

Ambos no dejaban de mirarse, el ambiente era cada vez más pesado y todos los lobos estaban alertas para detenerlos por si comenzaban a pelear. Ahora si me sentía asfixiada todas sus emociones las sentía por medio de la tierra que estaba bajo sus pies. 

—Ven niña vamos a otro lugar —dijo Kamala detrás de mi y ambos lobos volvieron a verla con ganas de asesinarla.

—¡NO! —como de costumbre su siniestro unísono ahora mucho más potente que antes se hizo presente haciendo que Kamala retrocediera lentamente por las palabras de un alfa y un beta dándole una orden. 

Kamala desde temprana edad hizo un pacto con la manada y por ende las ordenes de ellos dos causando más efecto en ella que en mí, y aunque haya sido un pacto de sangre no involucra las demás generaciones provenientes de ella. 

Ya basta los dos ¿Miriam es mate de alguno de los dos? —Víctor se coloco en medio de ambos chicos que seguían mirándose con odio. 

—Es mí mate ¡ahh! —gritó al final y un ruido de huesos quebrándose se hizo presente en todo el lugar en donde reinaba el silencio y solo se observaba la escena enfrente de nosotros. 

—¡Maldición! —gruño Jeremiah de igual forma sus huesos comenzaron a romperse, Darko se alejo de donde estaban ya que Leticia estaba sufriendo al ver a sus hijos de esa manera, aunque fuera algo normal la primera transformación era la más dolorosa. 

La forma lobuna de ambos estaba tomando forma, sin embargo, sus gritos de dolor me estaban rompiendo el corazón y lo peor es que no puedo interferir con magia ya que puede causar que no vuelvan a transformar o se queden como un lobo para siempre. 

Mi niña siéntate y tranquila que Víctor no dejará que nada malo le pase a los cachorros —Me volteé a ver a Leticia que estaba junto a mí, su pelaje blanco combinaba con los ojos violeta de una forma increíble. 

Hice lo que me dijo y pronto sentí su abrazo que tanto necesitaba no solo ahora, si no a lo largo de mi vida en este lugar me ha ayudado a sobrellevar mis problemas. Kamala no tenía ese tipo de tacto que tiene Leticia y desde que la conocí a sido como mi segunda madre.

Sentí otro pelaje rosar mis brazos que están desnudos por la inapropiada blusa de tirantes que utilizo para estar en medio de la manada a media noche con un frío de muerte, pero después de sentí un calor abrazador recorrer cada centímetro de mi piel.

Sí, definitivamente es mía —dijo una voz en mi cabeza, volví a ver quien estaba junto a mí y me encontré con un lobo de ojos verdes viéndome fijamente, algo dentro de mi se removió y la pregunta que me hice años al parecer hoy por fin obtuve la respuesta y es sí, las brujas también tenemos almas gemelas.

No sé que voy a hacer, nunca me dijeron que iba a tener un alma gemela ¿ahora todo va a cambiar? ¿Hice ese viaje por nada? 

¡No! Ella es mía tú me la estas quitando —gritó en mi mente otra voz, volví a ver y era un lobo negro con los ojos inyectados en sangre, mientras Darko trata de obstruir su paso para que no se acerque a nosotros dos. 

Ignóralo hermosa, tú eres mi mate y no hay nada que pueda cambiar eso —su voz en mi cabeza era mucho más suave que cuando estaba peleando con Jeremiah, sus palabras me hacían sentir mucho más tranquila y su pelaje negro era como la seda —mucho gusto mi nombre es Zack. 


Orígenes [#1: TRILOGÍA ABBADON]Where stories live. Discover now