VII

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Los días seguían transcurriendo y ellos habían adoptado una rutina en la que ambos salían ganando

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Los días seguían transcurriendo y ellos habían adoptado una rutina en la que ambos salían ganando.

Mientras que Jaemin se recuperaba, Jeno era feliz al verlo progresar.

Se encontraba un poco más animado que al principio, la relación amistosa que tenían crecía a pasos agigantados y a Jaemin comenzaba a asustarle. En primer lugar, porque nunca antes había experimentado ese tipo de sensaciones con ninguna persona, ni siquiera el amor fraternal; en segundo lugar, Jeno parecía alejarse cada que se acercaban y eso lo dejaba contrariado.

No es que Jaemin tuviera el ego por las nubes, pero el hecho de que una persona lo rechace constantemente, solo ocasionaba que se sintiera inseguro y dudoso, sobre todo, porque dicha persona había expresado y gritado a los cuatro vientos, que era su fan.

¿No se supone que los fans gustan de sus ídolos?

¿Acaso la fantasía de la mayoría de fans no es casarse con sus ídolos?

¿Por qué siquiera se seguía preguntando ese tipo de preguntas?

Jeno no era su tipo, definitivamente no, pero había algo en él que terminaba por atraerle, como si se tratase de un imán. Pero quién era él para decidir quien era o no su tipo, nunca había tenido una relación seria o real, solo se dedicaba a su carrera netamente. Una relación no le iba a comer los sesos.

¿Entonces por qué justo en este momento lo estaba extrañando? 

Si, definitivamente se estaba volviendo loco. 

Pero era extraño, Jeno ya debería de haber llegado hace diez minutos, pero no apareció, él era muy puntual - Tal vez se le presentó algo - trató de convencerse a sí mismo. Presionó el interruptor que se encontraba al lado de su cama y en cuestión de minutos apareció una enfermera para ayudarlo a bajar a su silla.

- Creí que ya estabas en el gimnasio - mencionó con curiosidad la muchacha.

- Ah... Jeno no pudo venir al parecer - murmuró cabizbajo - ¿lo haz visto?

- Ummm - se detuvo un momento para recordar algo pero nada vino a su mente - ahora que lo mencionas - sacó el buzo deportivo azul y lo coloco encima de las piernas de jaemin - no lo he visto en todo el día, ¿dónde se habrá metido ese muchacho? - se preguntó para sí misma, mientras ponía en marcha la silla de Jaemin hacia el gimnasio.

Que extraño.

Jeno no desaparece así por así, algo debe de haber pasado, pensó. Y de pronto una corazonada surcó desde lo más profundo de él, pero lo mejor, era no pensar en cosas negativas, porque solo atraería lo malo.

A medida que iba avanzando, curioseaba por los pasillos, para ver si por ahí aparecía el dueño de sus últimos pensamientos, pero no obtuvo un resultado positivo. Soltó un largo suspiro cuando llegaron al gimnasio y supo que tenía que asistir solo a esa terapia, por muy absurdo que pareciera, guardaba la esperanza de que Jeno se apareciera de último momento, pero eso no sucedió.

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