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- Entonces, ¿Qué tal tu primera sesión? - comentaba mientras empujaba la silla hacia los pasillos

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- Entonces, ¿Qué tal tu primera sesión? - comentaba mientras empujaba la silla hacia los pasillos.

- Bien, bien, supongo que lo normal - se quedó callado por un momento - espera, ¿Cómo sabías que tenía sesión hoy? - giró un poco la cabeza para encararlo.

- Bueno, yo...

- Olvídalo, eres mi fan ¿verdad? eso debería tener cierto sentido - se giró de nuevo y comenzó a mirar hacia el frente.

- Lo siento, no debí inmiscuirme - comentaba apenado.

- ¿Y desde hace cuánto trabajas aquí?

- Ayudo a mi padre desde hace varios años, de hecho este hospital es como si fuera mi segunda casa - mencionaba orgulloso.

Y era cierto, no había actividad alguna que lo llenara más que ayudar a los pequeños del hospital, si dentro de él existían las posibilidades de poder generar sonrisas, lo iba a realizar con mucho gusto. Jeno consideraba que las personas debían ser felices, independientemente de la situación por la cual estén atravesando. 

Si las cosas resultaban como hasta ahora, no iba a tener problemas, hacer felices a los demás lo hacían feliz, y su mayor motivación, era la persona que tenía justo en su delante.

- Pero ¿no estudias? Te ves joven...

- Llevo clases particulares, debido a que mi padre tiene horarios indefinidos, desde pequeño llevé deje de asistir al colegio y empecé a llevar clases de esta manera. 

- Umm... - respondió poco convencido - entonces dices que vives aquí, que recibes clases particulares y empleas la mayor parte de tu tiempo ayudando ¿aquí? - soltó - ¿Qué eres? ¿Una especie de ángel? 

Jeno soltó una pequeña risita en modo de respuesta, si bien los piropos que le daban sus niñas eran muy curiosos y creativos, ninguno lo había llamado así antes, mejor aún, viniendo de Na Jaemin, lo convertía en algo mucho más especial.

- ¿Gracias? Pero no, solo devuelvo el amor con el que me crío mi padre.

- ¿Y tu mamá? - preguntó curioso.

- Estás muy preguntón hoy ahah, pero no conozco a mi madre, mi papá dijo que falleció cuando yo era un bebé.

- Lo siento mucho - bajó la voz - no quise incomodarte.

- No te preocupes, ahora, ¿puedo preguntar sobre ti? - se detuvo a mitad de camino y giró hacia su izquierda.

- Puedes preguntar, adelante.

- Vaya, esperaba replicar un poco más - comentó divertido - pero me temo que será para la próxima, llegamos a tu habitación Na Jaemin.

- Jaemin, llámame Jaemin - contestó mientras giraba su silla de ruedas - Bueno, ¿tienes un papel?

Jeno lo miró confundido por un momento - ¿A qué te refieres?

- Bueno, supongo que haz venido hasta aquí para que te autografie algo - el tono de voz que empleó era cansado, como si eso fuese lo único que esperasen obtener de él, un autógrafo o una foto para sus redes sociales.

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