XIII

172 28 3
                                    


Jamás había sentido la imperiosa necesidad de tener alguien a mi lado, por supuesto, desde pequeño siempre quise ganarme la aprobación de mi madre, pero con el tiempo deje de intentarlo, porque, ¿para qué intentar algo en lo que nunca funcionará? 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jamás había sentido la imperiosa necesidad de tener alguien a mi lado, por supuesto, desde pequeño siempre quise ganarme la aprobación de mi madre, pero con el tiempo deje de intentarlo, porque, ¿para qué intentar algo en lo que nunca funcionará? 

Desde pequeño aprendí a ser independiente, dentro de lo que ese término significa, aquella casa en la que solía vivir, pareciera como si siempre estuviese desolada, a pesar de que mi madre y yo vivíamos bajo el mismo techo, parecíamos dos completos extraños que solo se conocían por cuestiones de trabajo.

Al principio odie lo que hacía, le echaba la culpa, porque era la única razón sensata que tenía al alcance de la mano, la única que podría explicar el por qué mi madre se había obsesionado tanto con mi carrera artística, pero después de tanto sobre pensarlo y analizarlo, concluí con que no era tan malo como pensaba, por supuesto, visto desde otro punto, podía utilizar el cariño y admiración de mis fans para mi conveniencia, otro gran error. Todos estos años funcionó a la perfección esa careta y cada que sentía necesidad de cariño, utilizaba la reserva que tenía de miles de caras desconocidas que me ovacionaban cada que ganaba un concurso o me reconocían por las calles, por obvias razones, era algo equívoco, obtener algo de atención por ese estilo, dicho de esta manera, suena cruel, vacío y hasta triste, todo se esclareció desde que comencé a depender de la cercanía de aquel pelinegro.

Cuando ocurrió el accidente y me dieron la noticia de que posiblemente no podría volver a bailar en un buen tiempo, todo se oscureció dentro de mi, porque lo quisiera o no, terminé amando mi carrera, una pasión, mi única motivación para seguir vivo. 

La relación de amistad que tengo con Jeno, se ha vuelto otro de mis mejores aciertos, al menos hasta el momento es algo de lo que estoy completamente seguro, amistas y algo más, aún es algo confuso, pero espero poder aclararlo pronto, si tan solo consiguiese encontrarlo...

- Na, es la sexta vez que llamas y la respuesta sigue siendo la misma - sonaba agotada, la comprendo, en su lugar también estaría harto de que alguien me llamé cada quince minutos para preguntar por el paradero de una persona.

- Lo siento, solo estoy preocupado, no he visto a Jeno desde hace días y no responde su celular.

- Entiendo, pero Jeno debe de estar ocupado atendiendo a otras personas, hay veces en las cuales se llega a desaparecer por una semana o más.

- Sí, pero-

- Pero nada, si tengo alguna noticia, seré la primera en decírtelo, ahora quédate tranquilo en tu habitación - no se puedo despedir, debido a que la enfermera decidió terminar la llamada.

Era extraño, por más ocupado que estuviese, no podía desaparecer así sin más, la última vez que ocurrió eso, fue a buscarlo inmediatamente y lo encontró en una silla de ruedas. Pero, esta vez, cuando vio que no apareció al día siguiente, decidió buscarlo, fallando múltiples veces. 

FLY HIGHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora