Callaré cuando los oídos indiscretos quieran saber nuestro secreto y negaré toda afirmación de que fui tuya alguna vez, para luego volver a ti, para ser castigada por mis mentiras por tus grandes manos que se ciernen sobre mi cuerpo y lo hacen tuyo...
El nuevo año se presentaba prometedor, te habías levantado hace un par de horas para ir a comprar todo lo necesario para el nuevo curso y ahora te encontrabas mirándote en el espejo de tu habitación.
Tu cuerpo había cambiado, caderas más anchas, pecho más grande, al igual que tus glúteos, estabas más alta y tus rasgos faciales se habían vuelto más finos, te notabas diferente.
Aun podías recordar como el año pasado le habías dado un puñetazo en la cara a Draco cuando había intentado que sacrificaran al hipogrifo de Hagrid porque él actuó como un idiota. Esos tiempos parecían lejanos ahora que te mirabas en el espejo, era como si de un año a otro tu cuerpo hubiese decidido crecer de golpe, y de forma inconsciente pensaste en como estaría Malfoy ahora, en si sus hombros estarían más anchos, si habría crecido en altura o ganado musculatura debido a las hormonas; rozas con la punta de tus dedos el collar que te regaló hace años por navidad de forma tan misteriosa y reaccionas.
Te habías quedado pensativa frente al espejo y ahora un bonito carmesí surcaba tus mejillas.
- ¿En que estaría pensando? Los 16 son una locura. – te dices a ti misma en voz alta –
Coges la mochila que habías dejado preparada sobre tu escritorio y sales de tu casa con ropa informal, habías quedado con tu grupo y la familia de los Weasley a quien sabe dónde, no habían querido decíroslo.
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Llegas cuando todos están preparados y listos para emprender el camino a las puertas de la madriguera.
Los saludas con la mano y una media sonrisa.
- ¡_______! – te saluda Hermione con una sonrisa de oreja a oreja –
Tu amiga se acerca a ti y te abraza.
- Buenos días. – le susurras –
El resto del grupo te saluda y Ron te rodea los hombros con su brazo en modo de saludo preguntándote que tal la mañana, mientras que Harry se queda mirándote aturdido, lleváis siendo amigos durante años, pero los 16 es una época llena de hormonas y él empieza a mirarte diferente, te encuentra diferente, más madura y guapa.
Cruzáis el bosque cansados, aun notas como tu cuerpo sigue durmiendo y empiezas a arrepentirte de venir a ese lugar, pero entonces un hombre aparece a los lejos, el señor Weasley lo llama Amos Diggory, es un hombres regordete con cabello lacio y gafas, te lo quedas mirando curiosa.
Eres la primera que percibe a Cedric Diggory en el árbol, debido a que eres una experta en el sigilo no se te suelen escapar las miradas dirigidas a tu persona, miras hacia una de las ramas en las que se encuentra y te giña un ojo antes de bajar de un salto.
Hermione y Ginny se miran con una sonrisa pícara al ver al chico, lo consideran atractivo y atlético, a diferencia de ti se sienten afortunadas de tenerlo en la expedición, tú lo ves cómo alguien a quien le gusta hacerse notar, demasiado chulito para tu gusto, incluso su entrada de presentación te pareció innecesaria.
