Todas las piezas

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Capitulo 8: Todas las piezas en su lugar.

Harry tenía emociones contradictorias. Por un lado se sentía victorioso por haber tenido razón todo el tiempo, por el otro...

— ¿Me estás diciendo que un vampiro te mordió en venganza contra tu padre?— el rubio asintió,— ¿Qué hizo tu padre?

Malfoy se retorció incómodo.

— Bueno, obviamente no está feliz con el resultado.

Esa pareció ser su última palabra, Harry se sintió un poco molesto estaba seguro que si eso le hubiera ocurrido a él su padre no habría parado hasta dar con el vampiro y meterlo a azkaban, se habría sentido furioso y algo culpable, pero Draco lo decía como si su padre lo hubiera tomado solo como un inconveniente, como si en lugar de convertir a su hijo en vampiro hubiera confundido su pedido en un restaurante. Era indignante, su Omega gruñía de disgusto y habría seguido criticando mentalmente la inacción del patriarca Malfoy si no hubiera sido por la nariz que se frotaba en su cuello. 

— Hueles a furia,— Dijo el rubio frotando aun más su nariz en su nuca justo donde se percibía su olor con más fuerza. 

Estaban sentados juntos en un sofá negro sumamente cómodo en la sala de menesteres, después de que lo mordiera en el pasillo (Harry seguía preguntándose porque se sentía tan malditamente bien) el moreno exigió respuestas y el rubio lo condujo a esta sala que viene y va, Malfoy le dijo que el profesor Riddle se lo había enseñado a su padrino (no era secreto que ambos maestros eran íntimos amigos) y a su vez su padrino se lo había enseñado a él.

La sala en la que se encontraban era pequeña y acogedora con el sofá donde se encontraban sentados y una mesita de café con una chimenea que calentaba e iluminaba la estancia. El efecto era una atmósfera bastante íntima que distraía por momentos a Harry de la importante plática que estaban teniendo, en especial cuando el ojigris se inclinaba hacia él.

— No deberías de estar molesto...— Sigue diciendo Malfoy, después de un momento en silencio, separándose para verlo a los ojos.

— Es solo... suena como si le hubiera dado igual lo que te paso

El rubio sonrió de forma triste y simplemente volteo a ver las llamas sin decir nada.

— ¿Qué pasó después de que te mordieran?

— Me quedé ahí por un momento, luego volví a casa— La voz del Slytherin sonaba demasiado plana para ser natural y no lo estaba viendo a la cara— La transformación fue lo más doloroso que he pasado en mi vida, se lo dije a mis padres y a Severus. Sev me ayudó las primeras semanas, a mediados de agosto conocí a alguien que me guío en serio con respecto a la transformación y lo que debía hacer o dejar de hacer.

Malfoy comenzó a hablar de dicha persona sus ojos brillaron con afecto y Harry sintió una punzada en su pecho que no quiso analizar en ese momento, pensando en que le gustaría que hablara así de él.

— ¿Qué es lo que comes?

Y así estuvieron durante horas, Harry haciendo preguntas con gran curiosidad y Malfoy contestando con paciencia y honestidad. Hasta que llegó a un pregunta que se negó a responder.

— ¿Qué era el objeto que le exigías al dueño de Borgin y Burkes?

Con una sonrisa torcida el rubio se inclinó hacia el moreno, invadiendo su espacio personal.

— Un hombre tiene derecho a guardar secretos...— Harry iba a reclamar e insistir cuando el rubio mordió ligeramente encima de su clavícula y el moreno olvidó hasta como respirar, solo concentrado en las olas de placer que la perdida de su sangre le proporcionaban— Sabes delicioso, Potter.

Blood  [Drarry]Where stories live. Discover now