*Capítulo 34*

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-Nuestra historia, Valery, comienza en alguna de las antiguas civilizaciones que tenían lugar en Italia o tal vez estaba por algún lugar cercano.

Estos hechos ocurrieron hace tanto tiempo que no se saben muchas cosas con certeza, pero sí se sabe que un día un ángel, según algunos, o un demonio, según otros, apareció en un pueblito y caminó entre ellos.

Una figura encapuchada había aparecido en el pueblo un día tal común como el anterior. Nadie había prestado especial atención en ella, se deslizó entre la gente del lugar, todos muy ocupados como para notarla, y se detuvo en el centro del gran mercado.

El lugar, según cuenta este libro, era un espacio amplio y circular, donde todo aquel que tuviera algo para vender podría hacerlo. La figura se paró en el centro del lugar pero nadie se detuvo a mirar hasta que un silbido dulce o tal vez un bello canto, llamó la atención de todos los que estaban en ese lugar.

Todo se quedó muy quiero y silencioso de un momento a otro, y todos fijaron su atención en la persona encapuchada. Un largo y fino brazo se extendió y señaló con un dedo sumamente pálido a una muchacha.

-Tú- proclamó una seductora voz femenina que reverberó en todo el lugar doblándose en sí misma haciendo eco en todo el lugar.

De pronto el brazo se movió y señaló a otra joven que sostenía un bebé en brazos.

-Tú- repitió igual de seductora, su voz era apenas un susurro pero nadie podía no prestarle atención.

Su brazo se movió una vez más y volvió a señalar a otra joven.

-Y tú- su voz haciendo eco entre las personas del pueblo.

La gente seguía sin moverse y las jóvenes señaladas estaban petrificadas y sin habla, no se animaban a moverse de su lugar. Las tres jóvenes eran diferentes unas de otras y ninguna conocía a la otra, solo de vista. No había un porqué para unirlas a las tres con esta figura desconocida.

De pronto la figura pidió que las tres mujeres se pararan ante ella, siempre oculta en la seguridad y anonimato de su capa blanca y brillante.

Las mujeres, todas madres jóvenes como era normal en la época, dejaron a sus hijos con sus acompañantes y fueron al lugar indicado, temerosas de qué podría pasar si no hicieran caso.

-Quien esté dispuesta a dejar atrás a sus familias y toda su vida irá conmigo a mi hogar y recibirá incontables fortunas- dijo la voz femenina- ¿Y bien?¿Quién está dispuesta a venir conmigo?

Las tres mujeres se miraban sin entender qué ocurría y todo el pueblo miraba atento la escena. La primer mujer en dar un paso adelante fue la última en ser señalada y luego se sumó la primera, pero la que fue señalada segundo no se movió del lugar. Las mujeres que se atrevieron a dar un paso al frente se miraron y una contestó.

-Ambas estaríamos encantadas de acompañarla si nos lo permite- dijo cautelosamente, compartía el mismo miedo que todos allí presentes. Tenían miedo de decirle que no a la mujer encapuchada y tener que enfrentarse a la ira de una diosa, si es que eso era. 

El brazo de la figura volvió a señalar a la mujer que quedó atrás y no lo apartó al decir:

-Te atreves a rechazar mi propuesta- acusó y todos aguantaron la respiración.

-Lo-o siento señorita- dijo miedosa la joven- pero no podría dejar a mi familia atrás solo por el sueño de conseguir una incontable fortuna, tengo hijos señorita y no veo manera de vivir sin tenerlos en mi vida, lo siento pero elijo declinar su oferta.

Muchos dijeron, después de los eventos, que habían podido ver a la mujer sonreír en la oscuridad de sus prendas.

-Pues bien- contestó bajando su bazo- Ustedes dos mujeres avariciosas y miedosas irán conmigo a mi hogar y tras años de esclavitud conseguirán sus fortunas.

Valery (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora