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Ambos estaban en el helicóptero privado de la familia de Yeonjun, ninguno había hablado desde la ultima noche. Decidieron dormir separados y salir de la casa sin cruzar ni una sola palabra.

Aterrizaron en un estacionamiento especial para el helicóptero muy cerca de la casa de Yeonjun. A lo lejos, varios periodistas empezaban a acercarse con sus cámaras tratando de tomar el mejor ángulo de la pareja.

Beomgyu miró temerosamente a Yeonjun que tomo su mano al instante entrelazando sus dedos. Su corazón se agito rápidamente y trató de formar una sonrisa. Pero recordó que solo actuaba así por las cámaras, además, que ni siquiera había cruzado las miradas con el menor.

Caminaron con sus maletas y entrelazando sus manos hasta el auto que los llevaría hasta la casa del mayor. Beomgyu se sentía muy mal, por eso, paro de caminar y sacó de su bolsillo unas gafas negras y se las puso al instante. Yeonjun frunció el ceño, pero no le dio tanta importancia y continuaron caminando.

Lo que no sabía es que Beomgyu se puso las gafas para poder llorar sin que nadie lo notara.

Ignorando a todos los periodistas que había en el lugar. Subieron al auto y lo pusieron en marcha.

Todo el camino fue un completo silencio. Yeonjun puso música para evitar que el ambiente se volviera insoportable. Beomgyu se limito a ver las noticias en su teléfono.

Se sentía triste al ver los videos de la boda y en especial las fotos de él y Yeonjun besándose en las primeras planas de los canales de televisión más importantes de Corea.

Sabia que era parte su culpa de estar peleada con Yeonjun pero debían continuar con las reglas por el bien de todos.

— A partir del lunes puedes volver a la oficina. — Comentó Yeonjun sin quitar la vista de la carretera.

— Gracias. — murmuró Beomgyu.

— ¿Qué observas? — preguntó Yeonjun.

Desde ayer en la noche, Yeonjun se sentía muy mal con el menor. Odiaba sentirse así con él, pero Beomgyu había dejado en claro que seguiría las reglas y al final, ambos tenían que seguirlas.

— Unas fotos de la boda. — se sinceró. — Algunas están muy lindas. — Le mostró unas cuantas fotografías.

— Están muy lindas. — Afirmó Yeonjun y Beomgyu sonrió. — Puedes imprimir algunas fotos y ponerlas en un cuadro para la pared de la casa.

Beomgyu abrió los ojos sorprendido ante la idea de Yeonjun así que asintió en respuesta.

Pese a esos minutos en los que cruzaron unas cuantas palabras parecían felicidad, la verdad es que no lo era, aún seguían distanciados.

— Beomgyu. — habló con las manos en el volante.

— Sí. — lo miró rápidamente.

— Se que tal vez no quieras ir a mi casa conmigo. — hizo una pausa para girar en una esquina. — Pero aun debemos hacerlo.

— Nunca dije que no quería ir a tu casa.

— ¿En serio?

— Sí, es parte del contrato. — respondió.

Yeonjun soltó un suspiro frustrado y continúo manejando.

Llegaron a su casa y empezaron a desempacar. Beomgyu volvió a su habitación de antes mientras Yeonjun seguía en el primer piso viendo algunos mensajes en su laptop.

El rubio se echo en su cama a reflexionar todo lo que había pasado en estos días en la luna de miel y como sus sentimientos hacia Yeonjun empezaban a florecer y mientras mas quería ocultarlo, más doloroso y difícil se le hacía.

ARRANGED MARRIAGE  | YEONGYU |Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang