🎸Capítulo Dieciocho

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In My Head – Bedroom

MITCHEL 

Me senté en el techo inclinado.

Esbocé una risa amarga mientras encendía el cigarrillo que tenía entre mis labios. No salí con la intención de irme, solo necesitaba desconectar un poco y tomar un respiro. Las personas solían decir que cuando sacas lo que llevas adentro te sientes más ligero. Entonces, ¿por qué me sentía más aterrado que antes? Decir las cosas en voz alta solo las volvía más reales. Aunque una parte de mí estaba tranquilo, porque lo poco que conocía de ella me hacía consiente de que no me juzgaría como los demás. Sin embargo, no quería asustarla, por eso elegí uno de mis sueños más inofensivos. Estaba seguro de que si le contaba alguno de los demás se pondría a cuestionar mi cordura.

Me sorprendía lo rápido que podía mejorar mi ánimo estando a su lado. 

—Perdóname —musitó. No la había escuchado salir, y mucho menos sentarse a mí lado.

—¿Qué?

—No debí haber dicho eso —Llevé el cigarrillo a mis labios para darle una calada profunda, y después incliné la cabeza hacia atrás para soltar el humo con lentitud. Mis ojos se movieron perezosamente hacia ella—. Aunque no fuese mentira, debí callarlo.

Esbocé una media sonrisa.

—¿Sabes? Una de las cosas que más me gusta de ti es que eres sincera y me dices lo que piensas. Estoy cansado de rodearme de personas que solo me mienten.

Destiny desvió la mirada.

—¿Qué sucede? —añadí.

—Nada.

—¿Dije algo mal? —intenté nuevamente.

—No, no lo hiciste.

Me costaba seguir su ritmo, en ocasiones se mostraba tan ruda y directa, pero había otras en las que actúaba tan frágil y tímida. Me hacía cuestionarme qué tipo de guerra interna estaba luchando y por qué se esforzaba tanto en levantar muros. Solo me quedaba ser paciente y acompañarla. Estando con ella me convertía en otra persona y eso no me disgustaba del todo.  Desde que salí de la casa de mis tíos fui consiente de que la decisión estaba tomada. No quería seguir más en ese lugar, pero por ella estaba dispuesto a sacrificarme.

La observé abrazar sus piernas contra su pecho y la mirada puesta en la nada. Después de terminar el cigarrillo lo aplasté contra una de las tejas. Metí la mano en uno de los bolsillos de mi sudadera con cremallera azul marino. Sentí la lana contra mis dedos y tomé un fuerte suspiro. No era fácil desprenderse de algo que me había estado acompañando y que tenía un significado muy especial. Sin embargo, ella lo necesitaba y no me imaginaba dándoselo a otra persona. Fui cuidadoso con mis movimientos para no alertarla y lo coloqué sobre su cabeza. Mi pulso se había descontrolado y aguanté la respiración hasta que la escuché hablar.

—¿Mitchel? —preguntó al tiempo que sus dedos tocaban el gorro sin entender nada.

—No, es un gorro.

—Sé lo que es... —murmuró confundida—. ¿Por qué me lo pusiste?

Elevé un hombro restándole importancia.

—Lo necesitaras.

—No tengo frío —aclaró.

—A veces eres muy lenta. —Me llevé dos dedos al puente de mi nariz sin podérmelo creer. ¿Cómo podía ser lista para unas cosas y torpe para otras?

—¿Eso qué significa?

—Te lo estoy regalando —le expliqué.

—¿Por qué?

—Porque sí.

—No puedo, es tuyo.

Cerré los ojos suplicando paciencia.

—Y por esa misma razón decido qué hacer con el.

—¿No dijiste que significaban algo para ti?

¿En qué estaba pensando cuando creí que solo con ponerle el gorro sobre su cabeza lo aceptaría sin renegar? Ahora entendía lo que sentían las personas que intentaban relacionarse conmigo.

—Todo el tiempo sueles usar el Walkman —dije con la intención de que entendiera mi acción.

—Mhmm.

—¿Por qué lo haces?

—Todos necesitamos un escape, el mundo es demasiado asfixiante.

Asentí con la cabeza.

—Esto solo me confirma que estamos en la misma sintonía.

—No entiendo.

—Yo usaba el gorro con la intención de protegerme del mundo.

Destiny se lo quitó sin titubear.

—Entonces, si este tiene el mismo valor para ti que el Walkman para mí, no debería aceptarlo.

Me recosté con las manos entrelazadas detrás de mi cabeza y una de mis piernas flexionada.

—No se aceptan devoluciones.

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