🎸Capítulo Ventitrés

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Alive it's a lie - Kyle Hume
DESTINY  

Cada que cerraba los ojos podía escucharlas riéndose, empujándome y soltando comentarios hirientes. Desde el día anterior no había puesto un pie fuera de la cama. Todo lo qué pasó en la escuela no paraba de repetirse como un disco rayado. No olvidaría cómo me dejaron al ver que mi frente impactó con uno de los lavamanos y escucharlas salir corriendo asustadas.

En ese instante todo se volvió negro y comencé a sentir un líquido caliente en la zona del golpe. Me aferré al lavamanos para no caer y, con el cuerpo inclinado hacia al frente, intenté controlar mi respiración. El miedo me tenía paralizada, no podía abrir los ojos, hasta que junte fuerzas para salir del baño con la idea de irme a casa.

Nunca pensé encontrarme con él.

Si antes mi distancia no había logrado alejarlo, estaba segura de que mis palabras lo harían. No quería que dejara de verme de la forma en que lo hacía, pero todos tenían un limite, y algo me decía que había llegado al suyo. No sabía qué era peor, contarle lo que pasó con Saffron o haberlo alejado creyendo que soy una chica cruel que no valoro todo lo que hizo por ella.

A veces deseaba quedarme dormida para apagar las voces en mi cabeza, pese a que las pesadillas me aterraban más. Después de hablar con Jeremy todo se fue a la mierda, la esperanza de que algún día estaría bien, las citas con Saltzman se volvieron a convertir en silencios incómodos y alejé a un chico que me tenía confundida. Merecía todo el sufrimiento que estaba pasando, pero no era tan fuerte para seguirlo soportando por mucho tiempo.

Un dolor en la espalda obligó a mi cuerpo a enderezarse por llevar tantas horas en la misma posición y una mano fue a donde tenía el golpe. Ni siquiera tomé un analgésico, simplemente llegué a casa y subí directo a mi habitación antes de que llegasen mis padres y me viesen en ese estado. Aunque la verdad dudaba que alguno fuese a ver cómo me encontraba, estaban acostumbrados a que pasara más tiempo encerrada que afuera.

Esa mañana no se molestaron en pasar a felicitarme antes de irse a trabajar. Sin embargo, lo prefería de ese modo, ese año no quería celebrar mi cumpleaños. Una sonrisa amarga se formó en mis labios al imaginarme lo que diría Saffron si llegase a escucharme. Ella amaba que fuese del 13 de octubre, decía que el número era de la buena suerte y que cumplía el mismo mes que la festividad de Halloween.

Me senté en la orilla de la cama y observé el desastre que era mi habitación. ¿Cómo era posible que algo material reflejará cómo me sentía por dentro? Me puse de pie sin muchos ánimos y un mareo ocasionó que me quedara inmóvil por un instante. No tenía qué ponerme a buscar la razón, sabía que debía comer algo, pero ¿por qué no lo hacía? Era como si mi cerebro bloqueara el hecho de que tenía que hacerlo y lo llenara con pensamientos que provocaran que no me diese hambre.

Cuando estaba de camino al baño escuché un ruido proveniente de la ventana, detuve mi andar suplicando que fuese el viento, pero otro ruido le siguió a ese. Sabía que no acercarme para ver qué pasaba ocasionaría que siguiese haciéndolo toda la noche.
Maldije en voz baja por el hecho de que fuese tan testarudo, y con una mano temblorosa corrí la cortina, pero no estaba en el techo como otras veces.

Elevé la mirada lentamente, con el corazón golpeándome el pecho y conteniendo la respiración. Mitchel tenía el cabello despeinado, como si llevase un buen tiempo deslizando su mano por él, su mirada no se apartó de la mía y una sonrisa se extendió por sus labios. Fui bajando poco a poco, hasta llegar a la hoja que estaba sosteniendo sus manos y entrecerré los ojos para ver que tenía algo escrito en la parte de en medio con rotulador negro:

Hola, pulga.

Una vez que se aseguró de que la había leído, la dejó caer para que apareciera otra:

Encontré una forma de comunicarnos ;)

No pude evitar sonreír, y fue como si le diera luz verde, porque también la dejó caer:

¿Tienes un rato libre?

Me gustaría mostrarte algo.

El corazón se me acelero por eso último, no quería ser egoísta, pero cada que lo miraba no podía evitar querer serlo. Unas profundas ganas de querer pasar tiempo con él callaban todas las alarmas que gritaban en mi cabeza.

Me mordí el labio inferior mientras pensaba en la posibilidad de que Jeremy se enterará de esto. Eso sería absurdo, pero ¿si aceptaba esto no estaba dando pie a que siguiésemos viéndonos? ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? Y lo más importante, alguien saldría lastimado, no quería que fuese Mitchel. De todas las personas es al único que no quería lastimar y que mi desastre lo alcanzara.

Cuando levanté la mirada debió darse cuenta de cuál sería mi respuesta, porque dejó caer la siguiente hoja con rapidez:

Es lejos de aquí.

     \ ( ^ u ^) /

Me cubrí la boca con la mano para callar la risa que quería brotar al ver su intento de dibujo. Recordaba lo que me había dicho, que solo sabía hacer bolitas y palitos. Se me encogió el corazón, ¿cómo podía decirle que no si me estaba viendo de aquella manera? Solté un suspiro antes de comenzar a asentir con mi cabeza lentamente, y me enseñó la última hoja acompañada de un guiño con su ojo izquierdo.

Te veo en tu puerta en 20 minutos.

Entrecerré mis ojos, juzgándolo con la mirada por el hecho de que él estaba seguro de que diría que sí. Tras cerrar la cortina fui al baño para darme una ducha rápida, y luego buscar lo que me pondría. Mi pecho dolía ante la idea de que las cosas saliesen mal, aunque en el fondo deseaba que no fuese así.

Solo por hoy, deseaba estar en paz.

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