PRISON LOVE | NOMIN • NCT DREAM

O C H O

Demoró un poco sus pasos, pues el cosquilleo en su estómago ahora se convertía en una punzada horrible que le advertía que debía darse la vuelta y correr. Pero hizo coraje y con su mejor sonrisa, se acercó.

Una de las chicas se presentó como Ryujin y reconoció a la chica, sentada al lado de Jaemin, como Arin. El menor siempre hablaba de ella, pero tenia entendido que ella no estaba interesada.

Lo que pasó después de sentarse estuvo alejado de ser de interés para él, mientras Jaemin estaba ocupado coqueteando, Jeno se achicaba en su lugar y rogaba que se terminara pronto.

Bebieron una, dos y tres copas, de lo que sea que fuese eso que les quemaba la garganta, no importaba.

La chica a su lado, dotada de una amabilidad inmensa y una sonrisa notable en su rostro, quien incluso con las luces de colores golpeando su rostro se veía hermosa, le hablaba quien sabe sobre qué.

La observó y no pudo evitar pensar porqué no podía gustarle, era bellísima, y llevaba todo el rato intentando acercarse. Pensó que era un imbécil, alguien defectuoso, porqué no podía ser como los demás, cualquier chico estaría más que encantado de estar en su lugar; pero él, en cambio, no podía evitar mirar al chico sentado frente a él y lo atractivo que se veía intentando ligar.

Se mordió el labio inferior y con desespero y susurrando un lo siento, corrió al baño.

Se encerró en el cubículo, intentó calmarse y cuando salió, frente al espejo del lavabo se detuvo unos minutos a observarse y odiarse a sí mismo, tanto como no tienen idea y después, se dispuso a volver.

Escuchó las voces de las chicas que los acompañaban en el baño de mujeres, y por alguna extraña razón, se detuvo a escuchar.

—No puedo creer que esté aquí —reconoció a ese chillido como proveniente de Ryujin— ¿Como lograste que viniera?

Y supuso que hablaban de él.

—Jaemin lleva insistiendo con salir conmigo hace meses, realmente es un pesado y le dije que solo aceptaba si traía a Jeno con él —Arin habló denotando una horrible falta de interés.

Caminó unos metros mas lejos de los baños y apoyado en una pared, un nudo se formó en su garganta.

Jaemin no lo había invitado porque quería salir con él, no lo había invitado porque lo extrañaba, tampoco porque eran amigos. Lo había hecho solo porque tenia unas jodidas ganas de ligarse a Arin.

Se sintió usado, le dolió y se enojó.

Sin decir nada, fue hasta la mesa donde Jaemin estaba, tomó su chaqueta y se dirigió a la salida.

Oía a Jaemin llamarle, pero sus oídos estaban sordos de ira.

Caminó lo mas rápido que pudo, pero el menor lo alcanzó en el estacionamiento.

—¿Qué te pasa? ¿A donde vas? —Jaemin sonaba enfadado

¿Enfadado? ¿Él? ¿Por qué?

De la indignación, Jeno sonrió de manera ladina.

—A casa.

—No puedes irte —tiró de su brazo con brusquedad.

—NO ME TOQUES JAEMIN —sí, Jeno le había gritado, por primera vez en siete años —¿Por qué me invitaste Jaemin? ¿eh? ¿Para conseguir un ligue? En eso me convertido para ti, ¿ES ESO TODO LO QUE SOY PARA TI AHORA?

—Uh, calma amigo, creo que estas juntándote mucho con Renjun —sonrió ante sus palabras—. ¿Por qué suenas tan ofendido? no es como si tampoco te gustaran las chicas.

—No me gustan Jaemin.

Jeno se quedó a la espera de la reacción del menor. Quería observar con detenimiento las facciones que pondría Na.

—Eres un mentiroso... Quieres irte, vete. Pero no inventes excusas Jeno! —por alguna razón, estaba gritando.

—No estoy mintiendo.

—Jeno, por favor, te he visto besarte con ciento de chicas antes. ¿Qué les pasa a todos eh? ¿Por qué todos se enojan conmigo, porqué todos en esa maldita agencia se empeñan en ir contra mi? ¿Ahora tu también? —y de nuevo estaba gritando— Vete, con Renjun, con Doyoung con quien se te pegue la gana. Ve a llorarles que soy una pésima persona y que te uso. VE! LO ÚNICO QUE HE HECHO POR TÍ, ES SACARTE DEL FONDO DE LA LISTA DE IDOLS, GRACIAS A MI ES QUE HAS TENIDO RELEVANCIA TODOS ESTOS AÑOS, Y LO HICE PORQUE SOMOS AMI- —Jaemin jamás hubiese imagino sentir alguna vez el puño del mayor estallar en su rostro.

—Nunca vuelvas a hablarme —el mayor lo sujetaba con fuerza de su camisa mientras apretaba los dientes—. Ni siquiera te me acerques otra vez, porque te juro, que lo último que veras es un escupitajo en tu cara.

La mirada intensa y feroz que Jeno le dedicó le demostraban la sinceridad en sus palabras.

Con un dolor punzante en su labio y un poco de aturdimiento, el menor vio a Jeno alejarse.

Y con el puño doliendo, y el corazón hecho trizas, el mayor se alejaba a paso veloz.

Solo quería meterse al baño y sumergirse en una fría tina, estar bajo el agua si fuese posible una eternidad, quería sentirse asfixiado por el peso del agua, sintiendo sofocarse, quería sentirlo también en su cuerpo y no solo en su alma.