PRISON LOVE | NOMIN • NCT DREAM

N U E V E

Jaemin no llegó, sino hasta la mañana siguiente.

Y un horrorizado Jisung lo recibió en la entrada. 

No era solo el evidente golpe que le habían dando, era su aspecto demacrado. A demás del olor, se notaba en apariencia que se había pasado de copas y que había dormido tirado por ahí.

—Uy, eso se ve mal hyung; ¿qué te pasó? —después de echarle un vistazo se atrevió a preguntar.

Pregunta que Jaemin ignoró y se dirigió a su habitación, cruzándose con Chenle a su paso.

—¿Ese era Jaemin? —adormilado el chino no estaba seguro siquiera de si aun seguía dormido o no.

—Sip

—Renjun va a matarlo.

Sin darle mucha importancia a lo que pasó, se sentaron en el sofá.

—Jisung —el susodicho murmuró en respuesta—. ¿Qué hacemos levantados a esta hora?

—Ni idea —se miraron extrañados por un segundo—. ¿Jugamos Minecraft? 

—Hecho... 

Y así esperaron a que Renjun se levantara para que les preparar el desayuno.

Renjun, y los dos menores desayunaba en silencio.

—¿Donde están Jeno y Jaemin? —Chenle y Jisung se llevaron una cucharada grande de arroz a la boca y evitaron hacer contacto visual con el mayor— Entonces, ¿qué es lo que saben ustedes dos?

—Yo nada, solo vi a Jaemin llegar borracho, con un golpe en la cara y apestando horrible. —Jisung pareció quedarse sin aire cuando dijo lo ultimo.

—Y Jeno duerme.

Solo por un día, solo uno, Renjun quería vivir tranquilamente si tener que lidiar con los menores de su grupo.

¿Era su trabajo? Nop

¿Tenia alguna obligación con respecto a eso? Nop

¿Le interesaba? Sí, a veces.

¿Le gustaba entrometerse y mandar? Siempre.

Con toda la energía que podía tener temprano en la mañana se dirigió a despertar a Jeno.

Le habló una, dos, hasta tres veces. Jeno nunca tardaba en responder, y mucho menos lo ignoraba, entonces se dio cuenta que el castaño, fingía dormir.

—Duerme bien Jeno, descansa —dijo para luego ir a la habitación de Jaemin.

Decir que era un desastre era poco, Jaemin estaba recostado con la mitad superior de su cuerpo en la cama, y el resto colgando de esta.

El olor a alcohol y el aspecto de Nana, hubiesen asqueado a cualquiera.

Mientras soltaba insultos en chino al aire, se dirigía a abrir la ventana porque juraba alguien podía asfixiarse si se quedaba medio minuto ahí dentro.

Y antes de salir tambien le deseó dulces sueños a Jaemin.

Esa fue la primer mañana de varias, en las que desayunaban solo Renjun, Chenle y Jisung. O en las que si Jeno estaba, Jaemin no, y viceversa.

Eso no era bueno y Renjun lo sabia.

Intentaba hablar con Jeno, pero el menor lo ignoraba. 

Jaemin desaparecía como un fantasma sin que el mayor lo notara.

Y realmente pensó que no debería hacer nada, después de todo, todos tenían razón, y no le correspondía meterse en los asuntos de los demás.

Pero eran sus amigos, y le inundaba el alma una incomodidad persistente al verlos de esa forma.

Una tarde un desesperado Jisung pedía a gritos la presencia de Renjun en el corredor del apartamento.

Y en cuanto vio al menor mirar hacia el baño con una expresión que no pudo explicar, la curiosidad apareció, pero a la vez sus pasos se hicieron lentos, temía encontrarse con algo que no quería ver.

Dentro del baño Chenle trababa de hacer entrar en razón a Jeno. Y no era el Jeno que conocía, era uno sin expresión, que sollozaba debajo de la lluvia de la ducha y se negaba a salir de ahí.

Se alivió de que no fuese lo que imaginó, y regañaría a Jisung por ser tan exagerado después.

—¿Por qué está así? —el mayor preguntó casi en un susurro.

—No sabemos, llegamos y estaba así, pero hyung —Jisung estaba asustado—lleva ahí mas de una hora

Sin necesidad de que diga algo más Renjun salió de la casa a toda velocidad.

No sabia porqué, pero sabia por quién.

Si Renjun se dedicara a la adivinación, entonces sería el mejor de su estado.

Como un rayo sin precedente entró a la sala de prácticas donde se encontraba Jaemin.

—¿Qué le hiciste a Jeno? —su voz estalló en el lugar.

—No me digas que ya fue a llorar a tus hombros —con desinterés el menor ni siquiera miró a Renjun.

Con la fuerza que te dan las injusticias y a pesar de ser mucho mas bajo, Renjun tiró del hoodie a Jaemin y lo dejó a la altura de su rostro.

—Si no me dices lo que le hiciste, juro que te voy a golpear.

—¿Tú también? —Jaemin rió por lo bajo— No le hice nada, pero está muy sensible por juntarse con alguien.

—¿Qué te pasa Jaemin? ¿Por qué eres así? —Renjun estaba enojado, pero realmente quería entender a su amigo —¿Acaso no lo ves? Lastimas a Jeno con tu actitud, nos lastimas a todos.

—¿Yo los lastimo? ¿Qué hay de mi? ¿Por qué todo es sobre Jeno? —Na empezaba a gritar sin control alguno— Todos me culpan, pero fue él quien comenzó a actuar extraño. Toda nuestra vida hemos hecho publicidad con nuestra amistad, y de repente parece un horror ante la vista de todos. Y ahora, se ofende por presentarle a una chica

—¿Qué dijiste? —la había encontrado, la razón por la que Jeno estaba así—. ¿QUÉ DIJISTE JAEMIN? —si Jaemin podía gritar, entonces él también.

—Que tu amigo Jeno, se enojó porque le presenté a alguien más. Y se atreve a decir que no le gustan las chicas... Por Dios

—¡NO LE GUSTAN JAEMIN! ¿Por qué no te das cuenta de una vez?!

—¿De qué hablas? lo he visto estar con muchas chicas antes.

—¿Cuando fue la ultima vez que lo viste Na...?

—No sé... Hace unos dos o tres años —oh por Dios.

No hay palabras para describir la reacción de Jaemin.

Simplemente, todas las imágenes de Jeno siendo completamente reacio a las chicas, las pequeñas cosas y detalles eran claras en su mente ahora.

Necesitó sentarse.

—¿Y quieres saber algo más? —Renjun luchaba con su interior para decir o no las palabras, pero creyó que el momento lo ameritaba—. Le gustas.

Pateó ligeramente su pie al son de eres tan imbécil a veces Jaemin y se fue.

Después de cerrar la puerta de la sala, Renjun se remordía porque había hecho esto pensando en Jeno, pero a la vez, sin pensar en él.

Y rogó en todos los idiomas y a todos los dioses que conocía que su atrevimiento fuese de ayuda y no para peor.

Mientras Jaemin se quedó solo, pensando en tantas cosas que sintió que su mente iba a explotar.