XII

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Jisung estaba tirado en su cama, mirando el horrible cielo que decoraba afuera, era gris y podía apostar que sería una linda y duradera tormenta.
Se vió obligado a levantarse en cuanto el teléfono fijo de la casa comenzó a sonar, apostaba toda la poca libertad que le quedaba a que era Chris.

—¿Hola? —Habló tras destrabar el teléfono.

—Jisung, estoy en el vivero. Estaba pensando en comprar unas flores pero realmente no se cuales elegir, y como eres quien más mira por la ventana, quería que me dijeras el color que te gustaría tener. —Chris puso el teléfono en voz alta en un banquito que descansaba en el vivero mientras se acomodaba los cordones desatados y llenos de barro después de haberlos pisado todo el día. Minho, quien se había alejado de Chris para darle privacidad, sintió un escalofrío al escuchar la voz del menor en el celular a unos metros de distancia.

—¿Un color? —Preguntó acomodándose de nuevo en su cama, en ese momento miró alrededor suyo, le gustaban los colores vivos, pero su madre los odiaba—. ¿Porque no le preguntas a mí madre? Ella es quien debería decidir.

—Pero tu eres quien te la pasas mirando a través de la ventana.

—Ya no lo hago. —Contesto un poco tajante, Minho frunció los labios al escucharlo y se dió la vuelta buscando retirarse y no seguir escuchando su voz.

—No mientas, solo dime un color, tu madre ni siquiera visita el jardín.

—Amh... —Jisung no pudo evitar pensar en un recuerdo que tenía aún en su mente.—Hay una flor, se llama Malvon; la flor viene de distintos colores, pero hay una roja con el centro de su flor blanca. —Minho se detuvo al escuchar la mención de una de sus flores favoritas, que por cierto, ya tenía en uno de los bordes de su jardín—. Me gustaría que compres esa, el resto puedes elegirlas tu.

—¿Un Malvon rojo? Creí que eligirias algo más bonito. —Se burló del menor.— Disculpa, ¿Tienen Malvon rojo?

Minho le miró como si su pregunta fuera una bomba, pues si hablaba, Jisung lo escucharía y no le agradaba ese hecho. Pero si no contestaba, quedaría como un maleducado.

—Por supuesto, déjeme le digo los cuidados básicos de la planta. —Habló lo más bajo que pudo, pero aún así, Jisung había escuchado su voz perfectamente.

Su corazón se aceleró y recién caía en la realidad de que había pasado por encima el hecho de que en ese vivero, un tiempo atrás, el había chocado con el compañero de trabajo de Minho, y por consecuencia, se había encontrado con el morocho. Cerró los ojos para no cortar la llamada en ese preciso momento.

Chris era el único ingenuo en esa situación, le sonrió abiertamente.

—Muchas gracias, que amable. Jisung, luego hablamos. —Chris le cortó la llamada, siguiendo al morocho dentro del vivero.

Jisung por su parte se quedó sentado en su cama mirando el suelo, los pensamientos volvía a invadirle hasta el más oscuro rincón de su mente. Negó con la cabeza y salió de su habitación con la intención de dejar el teléfono en su cargador.

Pero no pudo evitar detenerse en la ventana de la escalera, la misma que a veces usaba para ver a las 17:00 a su vecino; desde su lugar notó el Malvon rojo y rosa que Minho tenía en un costado de su jardín. Recordó la primera vez que lo plantó, ese día fue la primera vez que vio a Mínho o la primera en que prestaba atención a su presencia en aquel jardín. Había sido unos años atrás, Jisung lo observaba desde su casita del árbol, bueno, para ser específico, solo desde la escalera, pues no había pisado el interior de la casita hacía muchos años atrás.

Minho tenía todo el cabello en el rostro, el sudor estaba presente en su frente y sus manos estaban llenas de tierra. Llevaba un jardinero azul y Jisung aún recordaba el pensamiento constante que tenía en esos momentos.

GARDEN - [Minsung] [FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora