¡Corte de sushi perfecto!

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Uzumaki Naruto de Uzumaki Ramen, tiró de ambas mangas de su precario uniforme de chef. No iba de blanco. No tenía un inmenso gorro sobre su cabeza como si fuera la torre de Pisa, ligeramente torcido y caído. Él no había optado por crear un vestuario completo para su tiempo en Totsuki y era poco probable que lo hiciera a corto plazo.

Desde su ingreso como un transferido (uno de los dos únicos transferidos, de hecho), Naruto oyó los murmullos y sintió las miradas de desprecio de todos sus compañeros según avanzaba a su próxima clase: cocina japonesa. Justamente era la comida especial que su restaurante trabajaba y daba a sus clientes.

A ver. Sushi. Ramen. ¿Qué más?

Mientras caminaba, llevando consigo un maletín plateado donde guardaba sus utensilios. No eran especiales realmente. Cuando cumplió los trece años, su madre le regaló aquellos utensilios de cocina con los que había creado sus platillos y dio de comer a los clientes.

Lentamente formó su propio estilo de cocina con aquellos utensilios. Naruto fue construyendo su camino con aquellas herramientas y no iba a dejarlos a un lado. Eran sus preferidos. Les guardaba demasiado cariño, así como a la comida que hacía con aquellos utensilios, desparramando su corazón en cada alimento que creaba.

¿Quién será mi profesor? ¿Y mis compañeros?

En el segundo aspecto, todo estaba complicado para él. Siendo quien era, finalmente Naruto se había lanzado sobre sí mismo a cada uno de los estudiantes de aquella academia, fueran de primer curso o de tercero. No importaba de que curso fueran, pero todos los estudiantes parecían rehuirlo con la mirada y apartarse de él como si fuera un apestado.

Ah~, realmente me he echado a todos encima; se dijo así mismo no demasiado preocupado.

Dio su discurso. Bueno, fue El Discurso.

Naruto estudió el rostro de cada estudiante que vio entre la multitud. Pudo ver la sorpresa. El odio. La rabia. Cuando finalmente a confusión fue desplazada a un lado, la ira brillo con fuerza en cada par de ojos que pudo vislumbrar desde el atril.

Hm. Realmente Va a ser un poco divertido todo esto.

Naruto hizo crujir sus nudillos con un leve apretón, deteniendo sus pasos justo frente a la puerta de su aula. Por lo que sabía, Soma fue incluido en otra clase y él quedó solo en aquel lugar lleno de hostilidad.

―De todos modos, esta hostilidad la he lanzado hacia mí―declaró con un murmullo, rascando su nuca.

Naruto dejó escapar un suspiro de entre sus labios justo antes de tomar el pomo de la puerta y tirar de ella, oyendo como raspaba el suelo levemente y alertando de su próxima entrada.

Silencio.

El Uzumaki desplazó los ojos por todos los chicos y chicas de la clase, observando cómo le miraban amenazadoramente, destilando odio hacia él como si fuera el enemigo común.

De hecho, era el enemigo.

Ah~, todo va a ser un poco fuerte por aquí; se dijo mentalmente, sonriendo internamente. Sin pensar demasiado en ello, caminó hacia una de las estaciones de cocina que había libre...

O eso le habría gustado.

Dando solamente dos pasos, Naruto sintió un tirón fuerte de su brazo, encontrándose velozmente con unos ojos rojos brillosos que parecían sonreírle.

Él los reconocería en cualquier lugar.

Incluso aquella sonrisa ligeramente burlesca.

―Bigotes-kun~.

El ChefWhere stories live. Discover now