¡Estalla, Estrella Polar!

4.5K 535 103
                                    

Tomando una fuerte bocanada de aire ligeramente frío, Uzumaki Naruto observó el papel en su mano derecha, rascando su nuca y enarcando una ceja al intentar encontrar aquellas instalaciones.

Dormitorios de la Estrella Polar.

No podía permitirse el irse a casa y volver a Totsuki cuando no tenía dinero para mantenerse completamente por su cuenta. El transporte ni siquiera lo dejaba en la misma academia y, desde luego, no estaba por la labor de levantarse a las cinco de la mañana solamente para estar en clase a las nueve. No estaba lo suficiente loco como para hacer algo como eso. ¡No señor! Le gustaba demasiado dormir un poco y levantarse en mitad del amanecer no sería bueno para él. Luego no rendiría en clase y odiaba lidiar con profesores despertándole con golpes sobre la mesa. Desde luego, Itachi lo haría claramente a pesar de aquel rostro tan mustio.

Y sin embargo le encanta nuestra comida; se dijo así mismo el Uzumaki cruzando los brazos detrás de la cabeza, dando una enorme sonrisa mientras caminaba. Le quedaba demasiado camino hacia los dormitorios de aquella academia.

Itachi simplemente destrozó su estado Uchiha Serio solamente cuando comió su preciado sushi. ¡Y él no era especialista en sushi! Su padre era mejor haciendo cortes y preparando sushi que él mismo, por lo que Itachi probablemente habría quedado completamente derrotado por el sabor de la comida del auténtico Ramen Uzumaki.

No era un orgulloso. Su padre era mucho mejor cocinero que él y eso lo tenía presente todos los días de su vida, cada vez que levantaba para ir a la escuela. Su objetivo real era superar a su padre en todo aspecto referente a la cocina y sería algo que haría con el tiempo. Por ello acudía a Totsuki realmente. Necesitaba mejorar su cocina y creía que Totsuki podría ser un reto para él con los llamados shokugeki tan famosos entre los estudiantes de cocina, llevándose la terrible sorpresa de que en aquella escuela no había verdaderos cocineros, solo aficionados.

Pudo ver algunos como aquellos hermanos italianos que realmente trabajaron en la cocina, así como Yukihira. Pero el resto de estudiantes no trabajaron fuera de la academia para servir un solo plato, lo que realmente era molesto y frustrante. ¡Esperaba un reto que superar, una muralla con la que tener un enfrentamiento arduo en un inmenso duelo que terminara por superar usando su corazón!

Pequeñas piedrecillas era lo que se había encontrado en aquella escuela.

Naruto arrugó la nariz en un mohín molesto y siguió caminando hacia su próxima residencia: los Dormitorios de la Estrella Polar. Aquella vieja residencia de estudiantes, sería su hogar mientras su estadía en Totsuki estuviera en pie, lo que era un verdadero fastidio para él. ¡No contaba con sus cosas allí! Recientemente había comenzado a hacer estudios audiovisuales y lo dejó todo para irse a aquella academia de cocina de segundo grado.

―Ah~, en fin.

Naruto echó el maletín sobre su hombro cuando su brazo comenzó a cansarse y caminó un poco más rápido. Parecía que realmente aquellas habitaciones estaban algo alejadas del lugar de clases habitual y tendría que recorrerlo cada día para poder asistir a clases.

¡Pero había que hacer deporte!

Eso era lo que siempre le decía su maestro de educación física, el molesto Maito Gai, un loco del ejercicio que solo pudo encontrar alguien parecido entre los alumnos como Rock Lee.

Con aquellos dos locos sobre el campo, todo se volvía demasiado desbordante y energético para ellos, lo que terminaba con el noventa y cinco por ciento de la clase jadeando a la mitad del recorrido y el otro casi cinco por ciento completamente empapados de sudor. Y a pesar de que Lee terminaba jadeante, el chico seguía al frente sin temor, con una sonrisa demasiado perturbadora como la de Gai. Casi como si ambos hubieran sido contratados por alguien para ser la cara de algún dentífrico.

El ChefWhere stories live. Discover now