Capítulo 6 Halley

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Nathaniel POV

-¿Seguro que no quieres repetir? -Ronroneó Mia al tiempo en que rozaba mi cuello con su boca, en un intento de ser seductora.

-Aunque quisiese, no puedo. Le dije a Don Torino que llevaría a Halley al centro comercial. -Ya con los pantalones puestos fui en busca de mi camisa, que posiblemente haya caído en la entrada de la habitación o en el pasillo. Ya habíamos comenzado a deshacernos de nuestra ropa mucho antes de siquiera llegáramos a la habitación de Mia.

-No entiendo porque te toca hacer de niñera de esa mocosa. Se supone que eres el consigliere de Don Torino. Debería de ponerle esa tarea a otra persona -No sé cómo siempre olvidaba la razón por la que intentaba no frecuentar mucho a Mía. Todo iba bien con ella hasta el momento en que abría la boca y lo dañaba todo.

De no ser porque esa boca hacía cosas maravillosas, probablemente hubiera pasado de ella por completo.

-Sabes que no está bien que hables así de la hija de Don Torino

-Hijastra querrás decir y sinceramente no creo que a él le importe eso. Ni siquiera parece querer a la pobre niña -Eso era algo con lo que no podía debatir. -De cualquier manera ¿Cuándo nos volveremos a ver? Tal vez podamos ir un fin de semana a la playa y pasarla bien allí

-Ya sabes que no hago esas cosas Mia

-¿Qué cosas? ¿Salir en una cita como una persona normal? -No me paso desapercibido el tono de molestia de Mia. Desde hace un tiempo ella quería que fuéramos más que un simple polvo ocasional y yo claramente le había dicho que eso no iba a pasar.

Al parecer seguía sin entenderlo.

-No voy a volver a hablar de esto contigo. Si crees que esto no es suficiente para ti, entonces no vuelvas a llamarme pidiéndome que lo hagamos para después molestarte conmigo por no querer nada más que eso

Mía me maldijo por lo bajo sabiendo muy bien que de igual manera la estaba oyendo. Yo la ignoré y antes de que pudiera decir algo más salí de su departamento sin siquiera despedirme.

Yo también debería de aprender a no involucrarme con alguien que no es capaz de entender como como se supone que funcionan las cosas conmigo, cuando desde un principio había aclarado como eran.

Regresé a mi apartamento para tomar una ducha rápida y quitarme el olor del perfume de Mía en mi cuerpo. Me vestí rápidamente y tomé un desayuno apresurado que se componía de un vaso de juego de naranja y una simple tostada con algo de mantequilla encima.

Fui hasta el estacionamiento de mi edificio. Me coloqué el casco y cogí mi moto para ir hasta la casa principal de Don Torino. Quedaba bastante al norte de la ciudad, pero aun así solo tarde quince minutos en llegar hasta allí.

Las pesadas puertas de la mansión donde vivía Don Torino se abrieron ante mí y seguí avanzando con mi moto hasta acercarme a la entrada de la casa. Había varios hombres con armas a la vista haciendo patrullas por los alrededores.

Dejé mi moto estacionada a un lado, con el casco sobre el asiento. Subí las escaleras de mármol blanco y entré en la casa de Don Torino donde al segundo que puse un pie dentro ya tenía unos brazos rodeándome en un fuerte abrazo.

-Sabía que ibas a venir -Halley se apartó de mí y me miro totalmente emocionada. -Mi madre no creyó que lo fueras hacer, pero yo sabía que se equivocaba

-Por supuesto que iba a venir. Nunca me perdería una de nuestras salidas -Halley sonrío encantada, pero su sonrisa se hizo más tenue cuando escuchó la voz a sus espaldas.

Provócame [Nathaniel CDMU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora