- Nos vemos por el paddock Dalia - dijo Mick despidiéndose.
- Nos vemos por el paddock - dije y se marchó.
- ¿Ligando Dalia? - preguntó José mientras que íbamos hacia el box.
- No, no me gusta Mick, es buen chico pero no me atrae - dije y lo miré.
- Adiós Dalia - gritó Robert de lejos.
- Adiós rubiales - dije y no pude evitar sonreír.
- Uyy, pero es que los tienes locos - dijo José.
- Son sólo amigos - dije.
- ¿Robert no te parece guapo? - preguntó José.
- Pues sí la verdad, además es mi prototipo de chico - dije.
- ¿Enserio? - preguntó José.
- Muy enserio. Es rubio, y a mi los rubios me encantan - dije.
- Sí Lando es moreno - dijo José.
- Pero Lando es una excepción - dije y José comenzó a reírse.
- Dalia - gritó Robert viniendo hacia nosotros.
- Buenos días - dijo José.
- Buenos días - dijo Robert.
- ¿Qué tal Robert? - pregunté.
- Bien, una cosita, ¿te apetece esta tarde qué tomemos algo? - preguntó.
- Sí, claro que sí - dije y sonreí.
- Pues nos vemos esta tarde o cuando lleguemos al hotel - dijo Robert.
- Perfecto - dije.
- Vale genial, adiós - dijo Robert.
- Adiós rubiales - dije y Robert se marchó.
- Uhhh - dijo José.
- ¿Qué pasa? - dije mientras entrábamos al box.
- Tienes una cita - dijo José y justo Lando que estaba en el box se nos quedó mirando.
- No es una cita, solo nos vamos a tomar algo - dije mientras que seguíamos para ponernos fuera del box para que los mecánicos pudieran trabajar.
- Bueno, un cita - dijo José.
- Anda, mejor déjalo porque si es por ti... - dije.
- Voy a ir a buscar las cosas, ya vengo - dijo José.
- Aquí te espero. Trae las mías también plis - dije.
- Buenos días, ¿cómo estás? - dijo Lando acercándose.
- Buenos días, bien , con ganas de trabajar, ¿y tú? - pregunté.
- Muy bien, listo para mejorar las cosas en esta carrera - dijo Lando.
- Esperemos que salga bien - dije.
-Seguro que sí, ¿comenzamos a caminar y los esperamos en la pista? - preguntó Lando.
- Caminar no, pero si me llevas vamos adelantando camino - dije.
- Claro que sí, vamos - dijo Lando.
Comenzamos a caminar, bueno mejor dicho, Lando llevaba la silla de ruedas. Ninguno era capaz de hablar y se estaba empezando a notar la tensión.
- ¿Tienes una cita? - preguntó Lando.
- No, sólo quedo con un amigo - dije.
- ¿Algún día me podrás perdonar? - preguntó Lando.
- ¿Tú puedes perdonarte a ti mismo? - pregunté.
- Por lo que te hice todavía soy incapaz de perdonarme - dijo Lando.
- El día que te perdones, hablamos tranquilamente. Ahora, aunque tu pienses que no me duele, me duele mucho, no puedo tener una relación contigo si no para trabajar - dije.
- Lo entiendo, y lo respeto - dijo Lando.
- Ni te imaginas lo que te echo de menos, pero prefiero no hacerme más daño - dije.
- Yo también te echo de menos, la cagué mucho contigo - dijo Lando.
- Bueno, estas cosas en la vida pasan y no le puedo hacer nada así que cada uno en su vida privada y sólo hablásemos de trabajo - dije.
- Por favor Dalia, no quiero eso - dijo Lando.
- Yo tampoco lo quiero, pero te juro que es lo mejor, por lo menos para mí - dije y no pude evitar que una lágrima me saliera.
- Lo siento de verdad - dijo Lando.
- No pasa nada - dije. En ese momento sólo quería abrazarlo, porque necesitaba realmente ese abrazo, porque seguro que me iba a sentir mejor pero no podía hacerlo porque me iba a costar mucho más olvidarlo.
ESTÁS LEYENDO
Él es mi vecino (Lando Norris)
FanfictionDalia, estudiantes de ingeniera mecánica llega al mundial de Formula 1 de visita y se queda por mucho tiempo.