Capítulo 133

2.6K 120 49
                                    

- Nos vemos por el paddock Dalia - dijo Mick despidiéndose.

- Nos vemos por el paddock - dije y se marchó.

- ¿Ligando Dalia? - preguntó José mientras que íbamos hacia el box.

- No, no me gusta Mick, es buen chico pero no me atrae - dije y lo miré.

- Adiós Dalia - gritó Robert de lejos.

- Adiós rubiales - dije y no pude evitar sonreír.

- Uyy, pero es que los tienes locos - dijo José.

- Son sólo amigos - dije.

- ¿Robert no te parece guapo? - preguntó José.

- Pues sí la verdad, además es mi prototipo de chico - dije.

- ¿Enserio? - preguntó José.

- Muy enserio. Es rubio, y a mi los rubios me encantan - dije.

- Sí Lando es moreno - dijo José.

- Pero Lando es una excepción - dije y José comenzó a reírse.

- Dalia - gritó Robert viniendo hacia nosotros.

- Buenos días - dijo José.

- Buenos días - dijo Robert.

- ¿Qué tal Robert? - pregunté.

- Bien, una cosita, ¿te apetece esta tarde qué tomemos algo? - preguntó.

- Sí, claro que sí - dije y sonreí.

- Pues nos vemos esta tarde o cuando lleguemos al hotel - dijo Robert.

- Perfecto - dije.

- Vale genial, adiós - dijo Robert.

- Adiós rubiales - dije y Robert se marchó.

- Uhhh - dijo José.

- ¿Qué pasa? - dije mientras entrábamos al box.

- Tienes una cita - dijo José y justo Lando que estaba en el box se nos quedó mirando.

-  No es una cita, solo nos vamos a tomar algo - dije mientras que seguíamos para ponernos fuera del box para que los mecánicos pudieran trabajar.

- Bueno, un cita - dijo José.

- Anda, mejor déjalo porque si es por ti... - dije.

- Voy a ir a buscar las cosas, ya vengo - dijo José.

- Aquí te espero. Trae las mías también plis - dije.

- Buenos días, ¿cómo estás? - dijo Lando acercándose.

- Buenos días, bien , con ganas de trabajar, ¿y tú? - pregunté.

- Muy bien, listo para mejorar las cosas en esta carrera - dijo Lando.

- Esperemos que salga bien - dije.

-Seguro que sí, ¿comenzamos a caminar y los esperamos en la pista? - preguntó Lando.

- Caminar no, pero si me llevas vamos adelantando camino - dije.

- Claro que sí, vamos - dijo Lando.

Comenzamos a caminar, bueno mejor dicho, Lando llevaba la silla de ruedas. Ninguno era capaz de hablar y se estaba empezando a notar la tensión.

- ¿Tienes una cita? - preguntó Lando.

- No, sólo quedo con un amigo - dije.

- ¿Algún día me podrás perdonar? - preguntó Lando.

- ¿Tú puedes perdonarte a ti mismo? - pregunté.

- Por lo que te hice todavía soy incapaz de perdonarme - dijo Lando.

- El día que te perdones, hablamos tranquilamente. Ahora, aunque tu pienses que no me duele, me duele mucho, no puedo tener una relación contigo si no para trabajar - dije.

- Lo entiendo, y lo respeto - dijo Lando.

- Ni te imaginas lo que te echo de menos, pero prefiero no hacerme más daño - dije.

- Yo también te echo de menos, la cagué mucho contigo - dijo Lando.

- Bueno, estas cosas en la vida pasan y no le puedo hacer nada así que cada uno en su vida privada y sólo hablásemos de trabajo - dije.

- Por favor Dalia, no quiero eso - dijo Lando.

- Yo tampoco lo quiero, pero te juro que es lo mejor, por lo menos para mí - dije y no pude evitar que una lágrima me saliera.

- Lo siento de verdad - dijo Lando.

- No pasa nada - dije. En ese momento sólo quería abrazarlo, porque necesitaba realmente ese abrazo, porque seguro que me iba a sentir mejor pero no podía hacerlo porque me iba a costar mucho más olvidarlo.




Él es mi vecino (Lando Norris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora