Él es mi vecino (Lando Norris)

Capítulo 31

Me levanté más temprano para poder despedirme de nuevo de Lando, que iba a haver yo un mes sin meterme con él, no lo veo factible.

- Buenos días - dije cuando me abrieron la puerta.

- Menos mal que viniste porque ayer nos dijo que era una pena no verte antes de irte aunque estuvieras aquí pero bueno es normal tú lo escuchas - dijo uno de sus amigos al abrirme.

- Bueno a mi también me cuesta - dije en voz baja.

- Está durmiendo todavía - dijo.

- Normal, son las 7. ¿Tú que haces despierto? - pregunté.

- No me he acostado - dijo.

- Madre mía - dije y entré.

Caminé silenciosamente a la habitación de Lando, me acosté a su lado y no se había dado cuenta que lo había hecho. Lo miré detalladamente las facciones de su cara, miré muy atenta a sus labios, para mi tan perfectos.

- Si hubiera sabido que me ibas a hacer una foto con la mirada me hubiera puesto más guapo - dijo y sonrió.

- Idiota pensaba que estabas durmiendo - dije.

- Pero vi que entrabas en mi habitación - dijo y pasó su brazo por encima de mi cadera.

- Buenos días ojazos - dije y me pegué a él.

- Buenos días pequeña - dijo y se acercó para darme un beso.

Estuvimos así un buen rato, no entendía si ya nos habíamos despedido porque nos dolía tanto separarnos.

- Te dejo que llego tarde a clases. Pórtate bien - dije y le di un beso en la mejilla.

- Tú también. Hasta noviembre - dijo.

Le di un último abrazo y un último beso de esos que ninguno fue capaz de cortar y me fui directa a clases. Al llegar a clases fui directa a sentarme con Sam que me estaba esperando en nuestro sitio de siempre.

- Hola querida - dijo y me dio un abrazo - Esa sudadera no es tuya.

- No, es de un amigo me la ha prestado - dije mientras que me quitaba la maleta y sacaba las cosas.

- ¿El que vino el otro día? - preguntó.

- Sí, el mismo - dije sentádome a su lado.

A Sam no le había contado que quien había venido era Lando porque él es un fanático de la fórmula 1 y me comería la cabeza de todas las maneras posible, es por ello que tampoco sabe que mi primo es Carlos porque si no tendría mucho juego.

- Oye, ¿qué tal te fue en verano? Se me había olvidado preguntarte.

- Pues muy bien, le regalaron un pase a mi padre para ver la carrera de aquí y me fui yo solita - dije.

- Que suerte tía, algún día iremos los dos - dijo Sam antes de que empezara la clase.

- Claro que sí - dije.

Tras todo el día en clases regresé a casa. Me bañé, me preparé la cena y me senté en el sillón a comérmela mientras que veía una de mis series favoritas, Dark. Estaba tan metida en la serie que no me había dado cuenta que Lando me había llamado dos veces así que le llamé. Aunque siendo ya tan tarde no sé si me lo cogería.

- HOLAA - gritó al verme.

- LAGO - grité y se empezó a reír.

- Sabes que me cuesta hablar en español - dijo en su defensa pero con una sonrisa.

- Ya lo sé, pero es que eres tan gracioso intentándolo - dije.

- Soy así de especial - dijo.

- ¿Ya llegaste Japón? - pregunté.

- Sí - dijo él - ¿Y tú que haces levantada si es muy tarde?

- Mañana tengo clases a partir de las 12 asi que me doy el capricho de acostarme un poco tarde - dije - ¿Qué tal el viaje?

- Estoy muy cansado, creo que de esta no salgo.

- Anda, no me seas peliculero - dije y nos reímos.

- ¿Qué tal las clases? - preguntó.

- Muy bien, ah, adivina quien ha sacado dos 10 en los exámenes - dije.

- Tómalo - dijo y se levantó del sillón para celebrarlo -. Muchísimas felicidades.

- Muchas gracias - dije.

- Lo ves, estás muy preparada para estar en mi equipo - dijo Lando.

- No empieces Lan - dije.

- Todavía tienes tiempo - dijo.

Seguimos hablando durante una hora y algo. La verdad es que ya era bastante tarde así que nos despedimos porque aunque yo tuviera clases a partir de las 12 tenía que dormir para estar muy atenta a las clases.

- ¿Mañana hablamos? - preguntó.

- Sí, claro - dije.

- Genial, aunque tiene que ser sobre esta hora. Ya sabes los cambios de horario - dijo Lando.

- Por eso no te preocupes. Hasta mañana - dije.

- Hasta mañana pequeña - dijo y sonrió.

Apagué todo y me fui directa a la cama.