JungKook es un chico de veintitrés años que quedó condenado a pasar el resto de sus días en una silla de ruedas, y NamJoon es el hombre que más ama en el mundo por quedarse a su lado a pesar de su condición.
El mayor suele decirle lindos cumplidos y...
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El día llegó finalmente, y con ello también los nervios y náuseas por parte de NamJoon, quien terminaba de preparar su mochila y una canasta con comida y bebidas. El moreno vestía una polera blanca simple por debajo de una camisa de Jeans, seguido de un pantalón de chándal negro suelto y sus zapatillas nike favoritas.
En el bolsillo de su camisa guardó la preciada cajita que contiene el hermoso anillo de compromiso, que tal vez, en unas horas Jungkook acepte llevarlo hasta el día de su posible boda.
Dios, la emoción es tanta que su corazón late desbocado en su pecho. No puede esperar a ver la carita de su novio cuando se ponga de rodillas y revele el anillo frente a sus ojitos brillantes. El reloj de la cocina marca las cinco y media de la tarde, por lo que se apresuró a subir las cosas al auto y avisarle a JungKook que va en camino.
Por parte del peli rosado, este terminaba de acomodar su ropa. Adora sus botas de combate, luciendo pesadas en sus pies pero con mucho estilo. Sus largas piernas y muslos gruesos son cubiertos por un pantalón de mezclilla negro. También una camiseta de manga corta a rayas delgadas blancas y negras con letras del mismo oscuro color, y encima la chaqueta que decoró junto a TaeHyung.
Sus padres le dieron permiso para pasar la noche en casa de NamJoon e irse a la universidad desde ahí, por lo que preparó una mochila con un cambio de ropa para sus clases y una pijama. Sacó su regalo perfectamente envuelto del cajón y sonrió antes de guardarlo también.
ㅡ Cariño, NamJoon ya llegó por ti. ¿Le llevo tu mochila? ㅡ pregunta su madre, asomándose por la puerta con una sonrisa.
ㅡ Sí, está bien. Adelante. En un momento voy, gracias mamá ㅡ le sonrió de vuelta.
Llevó sus manos a las grandes ruedas, moviendo así su silla. Su respiración se volvió irregular de tan solo ver a su novio en la puerta, hablando con su padre. Cuando sus ojos se encontraron, ambos sonrieron, sintiéndose conectados al instante, como si ellos fueran los únicos en el mundo.
Le costaba tanto creer que ese día, ese hermoso día de primavera, él está cumpliendo un año más como pareja del hombre más maravilloso de todo el planeta tierra.
ㅡ ¿Estás listo, amor? ㅡ le preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
ㅡ Sí, estoy listo.
Ni siquiera podía hablar por tanta emoción y las ganas de estar a solas con NamJoon. Él se despidió de los padres del menor y luego lo ayudó a subir al auto en su lugar de copiloto, le colocó el cinturón de seguridad y le regaló un beso en los labios.
El camino al parque fue tranquilo, cantando las canciones que salían en la radio y riendo por tonterías. El ambiente en el auto era relajado y alegre, podía respirarse el profundo amor que se tienen. Y podría decirse que saben guardan muy bien todas esas sensaciones y sentimientos mezclados en sus estómagos.
