Capítulo 40

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Llegamos al hospital lo más rápido posible. Duncan estaba nervioso, y apostaba que era porque sabía que sus hermanos estarían aquí.

Al llegar a la sala de espera vimos a Justin caminando de un lado a otro de manera histérica.

—Justin, ¿qué ha pasado? —su cabeza giró en mi dirección en cuanto mencioné su nombre.

—No sabemos, Chloe y Delia estaban en el parque, y un coche intentó arrollar a las personas del parque.

—¿Qué auto? ¿Lo sabes? —pregunté preocupada, ya estaba pensando en el posible culpable.

—Uno negro, creo que era un ford focus —respondió.

El coche que utilizaba Larry para venir a verme a principios de nuestro noviazgo. Mi pecho se comprimió sin poder evitarlo y empecé a hiperventilar.

— ¿Rosie, qué sucede? —preguntó Justin. Mis ojos se aguaron mientras mi pecho se sentía cada vez más pesado.

—L-Larry.

Mi susurro fue suficiente para que su cara se descompusiese. Se giró sin darme importancia y cogió su móvil. Duncan me sujetó la cara a la vez que me miraba con nerviosismo.

—Respira conmigo, Rosie, tranquila, todo va a estar bien —dijo mientras trataba de ayudarme con el pequeño ataque de ansiedad que me estaba dando. Empecé a seguir su respiración tratando de tranquilizarme, y lo conseguí.

—Así es, pequeña.

—Es él —susurré rompiendo a llorar muerta de miedo.—Va a matarme.

— ¿Quién es Larry? ¿Es tu ex novio que te maltrataba, verdad?

Asentí mientras las lágrimas seguían cayendo y manchaban su camiseta. Mis manos temblaban, sabía de lo que Larry era capaz.

—Nadie va a hacerte daño mientras yo esté consciente, ¿me oyes? Nadie te va a tocar, Rosie —sus labios conectaron con los míos después de esas palabras y lo agradecí. Sus besos calmaban mis peores demonios. Una vez nos separamos, me senté junto a él en unas sillas de la sala de espera. Su mano acariciaba mi rodilla mientras mi cabeza estaba apoyada en su hombro.

(...)

—¿Familiares de Chloe y Delia Scott?

Me levanté sin pensarlo y caminé al doctor que había mencionado los nombres de mis ángeles.

—Soy su hermana —dije.

—Delia está bien, se encuentra con algunos rasguños superficiales pero todo perfecto de manera interna. Chloe, ha sufrido la peor parte, se encuentra hospitalizada en cuidados intensivos, con una fractura grande en el brazo, algunos órganos internos están dañados, ha perdido bastante sangre, y sufre un traumatismo craneal. Por el momento no ha despertado, así que las posibles consecuencias no las sabemos aún. No tenemos muy buen pronóstico con ella sinceramente.

— ¿Puedo ver a Delia?

—Claro, puede llevársela también si así lo desea. Esta en el ala de infantil, en la habitación 139.

Caminé junto a Duncan hasta el ascensor que nos llevaba al ala de infantil, que era el piso 3 del hospital.

—Estate tranquila —susurró Duncan agarrando mi mano. Asentí mirándolo y las puertas del ascensor se abrieron dejando ver los pasillos decorados del ala infantil. Todo eran decoraciones infantiles con colores vivos y preciosos. 

Salimos del ascensor caminando mientras buscábamos con la mirada el número de la habitación de Delia.

—Aquí, Rosie.

139.

Entramos de manera calmada y vi a mi pequeña sobrina en una camita durmiendo. Su carita estaba cubierta de algunos arañazos, y sus bracitos también.

—Mi niña.

Me acerqué mientras Duncan cerraba la puerta. Acaricié su cara con mis manos y ella se removió abriendo sus ojitos.

Su boca formó una hermosa sonrisa a la vez que estiraba sus brazos hacia mi.

La cogí en brazos abrazándola y ella soltó una risita infantil.

—Menos mal que estás bien, Delia.

Maltratada (+18)Where stories live. Discover now