Mermaid [N.H.]

Capitulo 15

Niall llega y me invita a salir, empezamos a caminar por toda la playa, mientras que él va contadme algunas cosas.

— Ahorre un poco de dinero, y te compre algo—dice.

— No debiste molestarte, tengo entendido que ese dinero es para tu auto.

— No importa, ahora en temporada trabajare y hare más dinero, quería darte algo que fuera especial, para que me recuerdes—explica.

— Ay Niall...

Del bolsillo de su pantalón saca un brazalete plateado, toma mi mano derecha y lo abrocha.

— Es hermoso—sonrió—gracias Niall

Seguimos caminando, para nuestra mala suerte cruzamos con Andrea, pero ignorar es la mejor arma y eso fue lo que hicimos, la noche llego dejando ver un bello atardecer que contemplábamos.

— ¿te vas a quedar?—pregunta el.

— Creo que sí, tu papá hizo un par de bromas acerca de mi padre y mis tíos.

— De hecho es un poco intimidante, no imagino que Zeus me castigue o atenea... deben ser dolorosos sus castigos

— No dejaría que te hicieran nada Niall, eres muy dulce... aunque tu padre dijo que eras un tonto, pero eres un buen chico. Yo me siento afortunada de tenerte a mi lado.

— Y yo aún no puedo creer que este enamorado de una sirena, es algo irreal, me he pellizcado varias veces para ver si es verdad y no es más que un sueño.

— ¿o una galleta mágica?—burlo.

— ¿Cómo lo sabes?

— Siempre lo supe, al besarte... deberías dejarlas de comer.

— Primera vez que me comía una, pero no me gusto su sabor.

El sol se oculta, y un chapoteo en el agua se hace presente, poco a poco se va asomado una cabellera dorada, y unos verdes ojos que parecer querer dominar todo lo que tenga vida, Darling, una de mis hermanas, imponente y sobre protectora.

— ¿Qué haces aquí?—pregunto.

— ¿zafiro?—contesta con otras preguntas.

— Sí, soy yo—respondo.

— Pero tienes... piernas—dice con fastidio.

— Sí, tengo piernas—corroboro.

— Y estas entre humanos, jamás me espere esto de ti, entiende que todos son iguales, son una amenaza para este mudo—dice con rapidez y se dirige hacia Niall, yo me interpongo en su camino y la miro fijamente.

— ¡No todos son iguales!

— No seas tonta zafiro, quizás él te diseque y te cuelgue en alguna parte como trofeo de pesca

— ¿Cómo sabes eso?—cuestiono—se supone que nunca has subido a la superficie, no tienes conocimiento de los artefactos o de ciertas palabras, todo es griego para ti.

— Se aprenden de muchas otras cosas—dice algo nervioso.

— No intentes cambiar tu pasado Darling, se lo que has hecho—sonrió.

— Por esa misma razón intento protegerte de ellos, si decides volver a casa las puertas están abiertas, papá se encuentra triste—dice por último y se marcha.