Mermaid [N.H.]

Capitulo 19 [ final]

Le prometí a Niall que volvería, a si sea para verlo solo una vez, llegue hasta el lugar que me dijo, y ahí estaba el sentado en una de las rocas tocando su guitarra, el sol se reflejaba en sus ojos haciéndolos que parecieran más azules, era simplemente perfecto.

— Las miradas lo dicen todo, ese chico se ha robado el corazón de una hija del rey de los siete mares—bromea.

— ¿Cómo sabes que es él? ¿y si no es él?

— Soy más viejo de lo que crees zafiro, y tus hermanos lo saben perfectamente—ríe.

— Sí, es el, se llama Niall—sonrió.

— Espero que algún día encuentres a tus abuelos, o que ellos te reconozcan, zafiro, eres igual a tu madre.

El hace que una capa de finas burbujas me rodeen, envuelven mi cola y me suben a la superficie, donde Niall queda asombrado ante tal espectáculo, el agua poco a poco se escurre de mi cuerpo dejando ver un pequeño vestido azul. Finalmente salgo por completo y sonrió, Niall rápidamente se levanta de la roca y camina hacia a mí, es como si no lo creyera.

Me tiene entre sus brazos y lo miro fijamente.

— Te dije que volvería—susurro.

— Te quiero tanto zafiro—dice.

— Le caíste bien al viejo Poseidón te tiene en buen concepto—giro mi cabeza unos grados y veo ahí a ese hombre imponente que en su mano derecha sostiene un tridente.

Niall se sorprende. Papá simplemente le brinda una sonrisa.

— Esto me intimida un poco—ríe.

— Tranquilo, no es tan amenazante como se ve. No hablemos más de él...

Sin previo aviso el atrae mis labios entre los suyos, el beso es suave. Pero con el pasar de los minutos se vuelve un poco más intenso, y no me molesta, no separamos por unos segundos a tomar aire y nuevamente lo retomamos.

Los días pasaron hasta que se convirtieron en tres años, para mi sorpresa Niall es mayor que yo un año, yo tengo veinticuatro y el veinticinco. En fin, teníamos todo planeado.

— Zafiro date prisa, se ira el notario—grito Niall desde la parte de afuera.

— Solo dame un segundo—contesto.

Termine de acomodar mi vestido y Salí. Subí al auto que él había comprado, su adorado jeep. Condujo por unos minutos hasta que llegamos a la notaria, teníamos una cita reservada, nos estábamos casando en secreto.

Firmamos, oficialmente éramos una pareja de esposo, hoy el día parecía brillar, el mar estaba calmado y se escuchaban solo el romper de unas pequeñas olas, que eran como un arrullo. Salimos de la notaria y llegamos hasta la parte de la playa en donde nos conocimos. El de su pantalón saca unas llaves y me las entrega.

— Pienso que para que todo esté completo... no hay nada mejor que una casa donde puedas vivir con esa persona que quieres—dice y sonríe.

Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro y mi única reacción es besarlo.

— Te amo—susurro.

— Yo te amo más—contesta.

Fin.