Capitulo 16

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Yo suspiro, quiero a Niall, pero también a mi familia y no los puedo dejar así como así y más cuando mi padre se encuentra triste. Pero creo que este sería el adiós.

— Niall... yo tengo irme—digo con mi voz colgando de un hilo.

— Solo prométeme una cosa—dice.

— Lo que sea.

— Todas las tardes estaré aquí y tocare una canción... será para ti, prométeme que si vuelves subir llegaras aquí...

— Lo prometo.

Me acerco a él y lo beso lenta y pausadamente, después de unos segundos nos separamos. Para mí sería una incertidumbre... no sabía si en realidad iba a volver. Camino hasta el agua, mi cuerpo vuelve a ser normal de nuevo, mis piernas se junta y toman la forma de mi característica cola, la ropa que llevaba puesta queda flotando en el agua, mientras que mi pecho es cubierto por unas conchas.

Miro por última vez a aquel humano que me demostró que no todos eran iguales, que aún quedan personas buenas y finalmente me sumerjo. Mis ganas de nadar se habían ido, no me sentía motivada así que deje que una burbuja me llevara. Pasaron horas hasta que finalmente llegue a casa. Todos me miraban, era como si hubiera cometido un delito gigantesco, el seguir tu corazón no es malo.

— ¡volviste!—me abrazaron por la parte de atrás, esa voz chillona, era Ariadna.

— Sí, es genial de nuevo—contesto sin ánimos.

— Zafiro ¿Qué pasa? Sé que a veces soy algo intensa, pero realmente estoy contenta de que estés aquí, todo estábamos al borde sin ti, somos unidas y si una se marcha sin razón alguna sufriremos—dice

— ¿por qué dices eso? Nuestras madres no son las mismas.

— Aquí no se trata de ella, se trata de nosotras, como hermanas nadie puede cambiar eso, si nuestras madres son diferentes, incluso algunas se odian, pero ellas no nos hacen.

— Ojala pudiera tener tu actitud positiva ahora mismo—suspiro.

— Anda, habla con el viejo Poseidón, este triste zafiro.

Antes de ir con papá, entro a la habitación que comparto con alguna de mis hermanas, es raro una habitación debajo del agua, pues técnicamente son cavernas con microorganismos luminosos. Ahí está melisa, una cola roja y cabello castaño, creo que era igual o más alegre que Ariadna.

— Hasta que al fin apareces, papá no dejaba de acosarme con preguntas—ríe.

— Si...

— ¿así de bueno es ese humano como para tenerte de tal animo?—cuestiona.

— Él no es malo, él es especial, me demostró que no todos son iguales.

— Pero el gobernante de los mares no piensa eso zafiro, tienes que demostrarle que no es así.

—Es un viejo terco—burlo.    

Mermaid [N.H.]Where stories live. Discover now